Palabra de Dios 28 de Marzo de 2025. III Viernes de Cuaresma.
Evangelio del dia.
PRIMERA LECTURA.
Del libro del profeta Oseas ( 14, 2-10 )
Esto dice el Señor Dios: “Israel, conviértete al Señor, Dios tuyo,
pues tu maldad te ha hecho sucumbir. Arrepiéntanse y acérquense al
Señor para decirle: ‘Perdona todas nuestras maldades, acepta nuestro
arrepentimiento sincero, que solemnemente te prometemos.
Ya no nos salvará Asiria, ya no confiaremos en nuestro ejército, ni
volveremos a llamar «dios nuestro» a las obras de nuestras manos,
pues sólo en ti encuentra piedad el huérfano’.
Yo perdonaré sus infidelidades, dice el Señor; los amaré aunque no
lo merezcan, porque mi cólera se ha apartado de ellos. Seré para Israel
como rocío; mi pueblo florecerá como el lirio, hundirá profundamente
sus raíces, como el álamo, y sus renuevos se propagarán; su esplendor
será como el del olivo y tendrá la fragancia de los cedros del Líbano.
Volverán a vivir bajo mi sombra, cultivarán los trigales y las viñas,
que serán tan famosas como las del Líbano. Ya nada tendrá que ver
Efraín con los ídolos.
Yo te he castigado, pero yo también te voy a restaurar, pues soy
como un ciprés, siempre verde, y gracias a mí, tú das frutos.
Quien sea sabio, que comprenda estas cosas y quien sea prudente,
que las conozca. Los mandamientos del Señor son rectos y los justos
los cumplen; los pecadores, en cambio, tropiezan en ellos y caen”.
Palabra de Dios.
SALMO.
Salmo ( 80 )
R. Yo soy tu Dios, escúchame.
Oyó Israel palabras nunca oídas: “He quitado la carga de tus hombros
y el pesado canasto de tus manos. Clamaste en la aflicción y te libré.
R.
Te respondí, oculto entre los truenos, y te probé en Meribá,
junto a la fuente. Escucha, pueblo mío, mi advertencia. ¡Israel,
si quisieras escucharme!
R.
No tendrás otro Dios, fuera de mí, ni adorarás a dioses extranjeros,
porque yo el Señor, soy el Dios tuyo, que te sacó de Egipto, tu destierro.
R.
¡Ojalá que mi pueblo me escuchara y cumpliera Israel mis
mandamientos! Comería de lo mejor de mi trigo y yo lo saciaría
con miel silvestre”.
R.
EVANGELIO.
Evangelio según san Marcos ( 12, 28b-34 )
En aquel tiempo, uno de los escribas se acercó a Jesús y le
preguntó: “¿Cuál es el primero de todos los mandamientos?”
Jesús le respondió: “El primero es: Escucha, Israel: El Señor,
nuestro Dios, es el único Señor; amarás al Señor, tu Dios, con
todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas
tus fuerzas. El segundo es éste: Amarás a tu prójimo como a ti
mismo. No hay ningún mandamiento mayor que éstos”.
El escriba replicó: “Muy bien, Maestro. Tienes razón, cuando dices
que el Señor es único y que no hay otro fuera de él, y amarlo con todo
el corazón, con toda el alma, con todas las fuerzas, y amar al prójimo
como a uno mismo, vale más que todos los holocaustos y sacrificios”.
Jesús, viendo que había hablado muy sensatamente, le dijo: “No
estás lejos del Reino de Dios”. Y ya nadie se atrevió a hacerle
más preguntas.
Palabra del Señor.
REFLEXIÓN: Jesús, a instancias de un escriba y
citando Deuteronomio 6, 4, respondió que el mayor de
los mandamientos es el amor de Dios. Y luego –sin que
se le hubiera preguntado– Él añade una segunda cita
tomada de Levítico 19, 18, acerca del amor al prójimo:
«No hay ningún mandamiento mayor que éstos». Así,
Jesús unifica muy original y creativamente toda la Ley
en el único mandamiento del amor a Dios y al prójimo.
De esta forma le restituye al amor su función originaria:
provocar el encuentro de Dios con los hombres y el
encuentro de los hombres entre sí y con Dios.