Palabra de Dios 26 de Marzo de 2025. III Miercoles de Cuaresma.
Evangelio del dia.
PRIMERA LECTURA.
Del libro del Deuteronomio ( 4, 1. 5-9 )
En aquellos días, habló Moisés al pueblo, diciendo: “Ahora,
Israel, escucha los mandatos y preceptos que te enseño, para que
los pongas en práctica y puedas así vivir y entrar a tomar posesión
de la tierra que el Señor, Dios de tus padres, te va a dar.
Yo les enseño mandatos y preceptos, como me ordena el Señor,
mi Dios, para que se ajusten a ellos en la tierra en que van a entrar
y que van a tomar en posesión. Guárdenlos y cúmplanlos, porque
ellos son su sabiduría y su prudencia a los ojos de los pueblos.
Cuando tengan noticia de todos estos preceptos, se dirán: ‘En
verdad esta gran nación es un pueblo sabio y prudente’. Porque,
¿cuál otra nación hay tan grande que tenga dioses tan cercanos
como lo está nuestro Dios, siempre que lo invocamos? ¿Cuál es
la gran nación cuyos mandatos y preceptos sean tan justos como
toda esta ley que ahora les doy?
Pero ten cuidado y atiende bien: No vayas a olvidarte de estos
hechos que tus ojos han visto, ni dejes que se aparten de tu corazón
en todos los días de tu vida; al contrario, transmíteselos a tus hijos
y a los hijos de tus hijos”.
Palabra de Dios.
SALMO.
Salmo ( 147 )
R. Demos gloria a nuestro Dios.
Glorifica al Señor, Jerusalén, a Dios ríndele honores, Israel.
Él refuerza el cerrojo de tus puertas y bendice a tus hijos en tu
casa.
R.
Él mantiene la paz en tus fronteras, con su trigo mejor sacia
tu hambre. Él envía a la tierra su mensaje y su palabra corre
velozmente.
R.
Le muestra a Jacob su pensamiento, sus normas y designios
a Israel. No ha hecho nada igual con ningún pueblo, ni le ha
confiado a otro sus proyectos.
R.
EVANGELIO.
Evangelio según san Mateo ( 5, 17-19 )
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “No crean que
he venido a abolir la ley o los profetas; no he venido a
abolirlos, sino a darles plenitud. Yo les aseguro que antes se
acabarán el cielo y la tierra, que deje de cumplirse hasta la más
pequeña letra o coma de la ley.
Por lo tanto, el que quebrante uno de estos preceptos menores y
enseñe eso a los hombres, será el menor en el Reino de los cielos;
pero el que los cumpla y los enseñe, será grande en el Reino de
los cielos”.
Palabra del Señor.
REFLEXIÓN: El Antiguo y el Nuevo Testamento
forman una unidad inseparable, ya que nos ofrecen,
en su totalidad, el «plan divino» de salvación. Jesús se
presenta aquí como el Nuevo Legislador y proclama
una Ley superior a la de Moisés. Esta Buena Noticia no
puede ser aceptada o rechazada “en parte”: se acepta
o se rechaza “en bloque”. Quien hace distinción entre
mandamiento y mandamiento o quien –rechazando
las otras– está inclinado a seguir sólo una parte del
Evangelio, muestra una evidente falta de amor. Tal
actitud terminaría en una observancia meramente
servil, indigna de un verdadero discípulo.