Palabra de Dios 6 de Enero del 2025. LUNES DESPUÉS DE LA EPIFANÍA.

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Palabra de Dios 6 de Enero del 2025. LUNES DESPUÉS DE LA EPIFANÍA.

Evangelio del dia.

PRIMERA LECTURA.

Primera carta de san Juan (3, 22–4, 6)

Queridos hijos: Puesto que cumplimos los mandamientos
de Dios y hacemos lo que le agrada, ciertamente obtendremos de
él todo lo que le pidamos. Ahora bien, éste es su mandamiento:
que creamos en la persona de Jesucristo, su Hijo, y nos amemos
los unos a los otros, conforme al precepto que nos dio. Quien
cumple sus mandamientos permanece en Dios y Dios en él.
En esto conocemos, por el Espíritu que él nos ha dado, que él
permanece en nosotros.
Hermanos míos, no se dejen llevar de cualquier espíritu,
sino examinen toda inspiración para ver si viene de Dios, pues
han surgido por el mundo muchos falsos profetas. La presencia
del Espíritu de Dios la pueden conocer en esto: Todo aquel que
reconoce a Jesucristo, Palabra de Dios, hecha hombre, es de Dios.
Todo aquel que no reconoce a Jesús, no es de Dios, sino que su
espíritu es del anticristo. De éste han oído decir que ha de venir;
pues bien, ya está en el mundo.
Ustedes son de Dios, hijitos míos, y han triunfado de los
falsos profetas, porque más grande es el que está en ustedes que
el que está en el mundo. Ellos son del mundo, enseñan cosas del
mundo y el mundo los escucha. Pero nosotros somos de Dios y
nos escucha el que es de Dios. En cambio, aquel que no es de Dios
no nos escucha. De esta manera distinguimos entre el espíritu de
la verdad y el espíritu del error.

Palabra de Dios.

SALMO.

Salmo (2, 7-8. 10-11)

R. Yo te daré en herencia las naciones.

Anunciaré el decreto del Señor. He aquí lo que me dijo:
“Hijo mío eres tú, yo te he engendrado hoy. Te daré en herencia
las naciones y como propiedad, toda la tierra”.
R.

Escuchen y comprendan estas cosas, reyes y gobernantes
de la tierra. Adoren al Señor con reverencia, sírvanlo con temor.
R.

EVANGELIO.

Evangelio según san Mateo (4, 12-17. 23-25)

Al enterarse Jesús de que Juan había sido arrestado, se
retiró a Galilea, y dejando el pueblo de Nazaret, se fue a vivir
a Cafarnaúm, junto al lago, en territorio de Zabulón y Neftalí,
para que así se cumpliera lo que había anunciado el profeta
Isaías: Tierra de Zabulón y Neftalí, camino del mar, al otro lado
del Jordán, Galilea de los paganos; el pueblo que caminaba
en tinieblas vio una gran luz. Sobre los que vivían en tierra de
sombras una luz resplandeció.
Desde entonces comenzó Jesús a predicar, diciendo:
“Conviértanse, porque ya está cerca el Reino de los cielos”.
Y andaba por toda Galilea, enseñando en las sinagogas y
proclamando la buena nueva del Reino de Dios y curando a la
gente de toda enfermedad y dolencia.
Su fama se extendió por toda Siria y le llevaban a todos los
aquejados por diversas enfermedades y dolencias, a los poseídos,
epilépticos y paralíticos, y él los curaba. Lo seguían grandes
muchedumbres venidas de Galilea, Decápolis, Jerusalén, Judea
y Transjordania.

Palabra del Señor.

REFLEXIÓN: Estamos al inicio de la predicación
de Jesús en Cafarnaúm de Galilea. Él viene a sembrar
justamente en el surco ya antes abierto por Juan
el Bautista. Por eso comienza también diciéndoles:
«Conviértanse, porque ya está cerca el Reino de los
cielos». En este peculiar «Reino de Dios», el más grande
debe hacerse el más pequeño y quien tiene autoridad
debe ponerla al servicio de los demás. Es necesario
disponernos a recibir este alegre anuncio con deseo
sincero de un cambio radical de vida que nos haga
volvernos de todo corazón al Señor.

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