Palabra de Dios 11 de Enero de 2025. SÁBADO DESPUÉS DE LA EPIFANÍA.

Palabra de Dios 11 de Enero de 2025. SÁBADO DESPUÉS DE LA EPIFANÍA.

Palabra de Dios 11 de Enero de 2025. SÁBADO DESPUÉS DE LA EPIFANÍA.

Evangelio del dia.

PRIMERA LECTURA.

Primera carta de san Juan (5, 14-21)

Queridos hijos: La confianza que tenemos en Dios consiste
en que, si le pedimos algo conforme a su voluntad, él nos escucha.
Si estamos seguros de que escucha nuestras peticiones, también
lo estamos de poseer ya lo que le pedimos.
Si alguno ve que su hermano comete un pecado de los
que no llevan a la muerte, que pida por él y le obtendrá la vida.
Esto vale para los que cometen pecados que no llevan a la muerte,
porque hay un pecado que sí lleva a la muerte (por ése no digo
que se pida). Toda mala acción es pecado, pero hay pecados que
no llevan a la muerte.
Sabemos que todo el que ha nacido de Dios no peca,
sino que el Hijo de Dios lo protege, y no lo toca el demonio.
Sabemos que somos de Dios, mientras que el mundo entero yace
en poder del demonio. También sabemos que el Hijo de Dios ha
venido ya y que nos ha dado inteligencia para conocer al Dios
verdadero. Nosotros permanecemos fieles al único verdadero,
porque permanecemos en su Hijo Jesucristo. Él es el verdadero
Dios y la vida eterna. Hijos míos, no adoren a los ídolos.

Palabra de Dios.

SALMO.

Salmo (149)

R. El Señor es amigo de su pueblo.

Entonen al Señor un canto nuevo, en la reunión litúrgica
proclámenlo. En su creador y rey, en el Señor, alégrese Israel,
su pueblo santo.
R.

En honor de su nombre, que haya danzas, alábenlo con
arpa y tamboriles. El Señor es amigo de su pueblo y otorga la
victoria a los humildes.
R.

Que se alegren los fieles en el triunfo, que inunde el
regocijo sus hogares, que alaben al Señor con sus palabras, porque
en esto su pueblo se complace.
R.

EVANGELIO.

Evangelio según san Juan (3, 22-30)

En aquel tiempo, fue Jesús con sus discípulos a Judea
y permaneció allí con ellos, bautizando. También Juan estaba
bautizando en Enón, cerca de Salim, porque ahí había agua
abundante. La gente acudía y se bautizaba, pues Juan no había
sido encarcelado todavía.
Surgió entonces una disputa entre algunos de los discípulos
de Juan y unos judíos, acerca de la purificación. Los discípulos
fueron a decirle a Juan: “Mira, maestro, aquel que estaba contigo
en la otra orilla del Jordán y del que tú diste testimonio, está ahora
bautizando y todos acuden a él”.
Contestó Juan: “Nadie puede apropiarse nada, si no le
ha sido dado del cielo. Ustedes mismos son testigos de que yo
dije: ‘Yo no soy el Mesías, sino el que ha sido enviado delante de
él’. En una boda, el que tiene a la novia es el novio; en cambio,
el amigo del novio, que lo acompaña y lo oye hablar, se alegra
mucho de oír su voz. Así también yo me lleno ahora de alegría.
Es necesario que él crezca y que yo venga a menos”.

Palabra del Señor.

REFLEXIÓN: En el texto evangélico que hoy se
nos propone tenemos el último testimonio del Bautista
sobre Jesús, antes de que él sea encarcelado En la
plenitud de los tiempos, Cristo ha querido manifestarse
como «Esposo» del nuevo pueblo de Dios y de una
humanidad regenerada. El Bautista ahora desaparece
para que emerja la figura del Mesías. Al igual que él,
sin esperar recompensas –y tratando de vivir en la
auténtica verdad de la humildad– busquemos con
incansable sinceridad que «Él crezca» y que nosotros,
en cambio, disminuyamos.

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