Palabra de Dios 7 de Nov. del 2024. Jueves XXXI de Tiempo Ordinario.

Palabra de Dios 7 de Nov. del 2024. Jueves XXXI de Tiempo Ordinario.

Palabra de Dios 7 de Nov. del 2024. Jueves XXXI de Tiempo Ordinario.

Evangelio del dia.

PRIMERA LECTURA.

Carta de Pablo a los filipenses (3, 3-8a)

Hermanos: El verdadero pueblo de Israel somos nosotros, los
que servimos a Dios movidos por su Espíritu y ponemos nuestra
gloria en Cristo Jesús y no confiamos en motivos humanos.
Aunque yo ciertamente podría apoyarme en tales motivos. Más
aún, nadie tendría más razones que yo para confiar en motivos
humanos, porque fui circuncidado al octavo día, soy israelita de
nacimiento, de la tribu de Benjamín, hebreo e hijo de hebreos;
en lo que toca a la interpretación de la ley, fariseo, y tan fanático,
que fui perseguidor de la Iglesia de Dios; y en cuanto a la rectitud
que da el cumplimiento de la ley, intachable.
Pero todo lo que era valioso para mí, lo consideré sin valor
a causa de Cristo. Más aún, pienso que nada vale la pena en
comparación con el bien supremo, que consiste en conocer a
Cristo Jesús, mi Señor, por cuyo amor he renunciado a todo,
y todo lo considero como basura, con tal de ganar a Cristo.

Palabra de Dios.

SALMO.

Salmo (104, 2-3. 4-5. 6-7)

R. El que busca al Señor será dichoso.

Entonen en su honor himnos y cantos; celebren sus portentos.
Del nombre del Señor enorgullézcanse y siéntase feliz el que lo
busca.
R.

Recurran al Señor y a su poder y a su presencia acudan.
Recuerden los prodigios que él ha hecho, sus portentos y
oráculos.
R.

Descendientes de Abraham, su servidor; estirpe de Jacob, su
predilecto, escuchen: el Señor es nuestro Dios y gobiernan la
tierra sus decretos.
R.

EVANGELIO.

Evangelio según san Lucas (15, 1-10)

En aquel tiempo, se acercaban a Jesús los publícanos y los
pecadores a escucharlo; por lo cual los fariseos y los
escribas murmuraban entre sí: “Este recibe a los pecadores y
come con ellos”.
Jesús les dijo entonces esta parábola: “¿Quién de ustedes, si
tiene cien ovejas y se le pierde una, no deja las noventa y nueve en
el campo y va en busca de la que se le perdió hasta encontrarla?
Y una vez que la encuentra, la carga sobre sus hombros, lleno de
alegría y al llegar a su casa, reúne a los amigos y vecinos y les
dice: ‘Alégrense conmigo, porque ya encontré la oveja que se
me había perdido’. Yo les aseguro que también en el cielo habrá
más alegría por un pecador que se arrepiente, que por noventa y
nueve justos, que no necesitan arrepentirse.
¿Y qué mujer hay, que si tiene diez monedas de plata y pierde
una, no enciende luego una lámpara y barre la casa y la busca
con cuidado hasta encontrarla? Y cuando la encuentra, reúne a
sus amigas y vecinas y les dice: ‘Alégrense conmigo, porque ya
encontré la moneda que se me había perdido’. Yo les aseguro que
así también se alegran los ángeles de Dios por un solo pecador
que se arrepiente”.

Palabra del Señor.

REFLEXIÓN: Ante a la crítica que le hacían los
puritanos al decir: «Éste recibe a los pecadores y come
con ellos», Jesús justifica su conducta en contra de la
marginación religiosa y social. Lo hace mediante las
enseñanzas que se desprenden, espontáneamente,
de las tres parábolas de la misericordia (éstas,
ahora proclamadas, más la del «Hijo pródigo»). En
ellas se resalta la alegría contagiosa de recuperar
lo que estaba perdido. Tan singular compasión es
una de las constantes bíblicas y una síntesis de toda
la historia de la salvación, que culmina en Cristo,
imagen y reflejo del rostro amoroso del Padre.

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