Palabra de Dios 4 de Nov. del 2024. Memoria, SAN CARLOS BORROMEO, Obispo.
Evangelio del dia.
PRIMERA LECTURA.
Carta de san Pablo a los filipenses (2, 1-4)
Hermanos: Si alguna fuerza tiene una advertencia en nombre
de Cristo, si de algo sirve una exhortación nacida del amor, si
nos une el mismo Espíritu y si ustedes me profesan un afecto
entrañable, llénenme de alegría teniendo todos una misma
manera de pensar, un mismo amor, unas mismas aspiraciones
y una sola alma. Nada hagan por espíritu de rivalidad ni
presunción; antes bien, por humildad, cada uno considere a
los demás como superiores a sí mismo y no busque su propio
interés, sino el del prójimo.
Palabra de Dios.
SALMO.
Salmo (130, 1.2.3)
R. Dame, Señor, la paz junto a ti.
Señor, mi corazón no es ambicioso ni mis ojos soberbios;
grandezas que superen mis alcances no pretendo.
R.
Estoy, Señor, por lo contrario, tranquilo y en silencio, como
niño recién amamantado en los brazos maternos.
R.
Que igual en el Señor esperen los hijos de Israel, ahora y
siempre.
R.
EVANGELIO.
Evangelio según san Lucas (14, 12-14)
En aquel tiempo, Jesús dijo al jefe de los fariseos que lo
había invitado a comer:
“Cuando des una comida o una cena, no invites a tus
amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a los vecinos
ricos; porque puede ser que ellos te inviten a su vez, y con eso
quedarías recompensado.
Al contrario, cuando des un banquete, invita a los pobres,
a los lisiados, a los cojos y a los ciegos; y así serás dichoso,
porque ellos no tienen con qué pagarte; pero ya se te pagará,
cuando resuciten los justos“.
Palabra del Señor.
SAN CARLOS BORROMEO.
Como arzobispo de Milán, cumplió personalmente con lo que
el reciente Concilio de Trento prescribía sobre los obispos.
Trabajó en la reforma del clero mediante celebración de
sínodos y fundación de seminarios. Quiso también renovar
las costumbres cristianas mediante sus visitas pastorales, en
las cuales daba un ejemplo universal de vida auténticamente
evangélica (1538-1584).