Palabra de Dios 7 de Octubre de 2024. NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO.
Evangelio del dia.
PRIMERA LECTURA.
Carta de Pablo a los gálatas (1, 6-12)
Hermanos: Me extraña mucho que tan fácilmente hayan
abandonado ustedes a Dios Padre, quien los llamó a vivir en la
gracia de Cristo, y que sigan otro Evangelio. No es que exista otro
Evangelio; lo que pasa es que hay algunos que los perturban a
ustedes, tratando de cambiar el Evangelio de Cristo.
Pero, sépanlo bien: si alguien, yo mismo o un ángel enviado
del cielo, les predicara un Evangelio distinto del que les hemos
predicado, que sea maldito. Se lo acabo de decir, pero se lo repito:
si alguno les predica un Evangelio distinto del que ustedes han
recibido, que sea maldito.
¿A quién creen que trato de agradar con lo que acabo de decir?
¿A Dios o a los hombres? ¿Acaso es ésta la manera de congraciarse
con los hombres? Si estuviera buscando agradarles a ustedes no
sería servidor de Cristo.
Quiero que sepan, hermanos, que el Evangelio predicado por mí
no es un invento humano, pues no lo he recibido ni aprendido de
hombre alguno, sino por revelación de Jesucristo.
Palabra de Dios.
SALMO.
Salmo (110 1-2. 7-8. 9 y 10c)
R. Alabemos al Señor de todo corazón.
Quiero alabar a Dios, de corazón, en las reuniones de los justos.
Grandiosas son las obras del Señor y para todo fiel, dignas de
estudio.
R.
Justas y verdaderas son sus obras, son dignos de confianza
sus mandatos, pues nunca pierden su valor y exigen ser fielmente
ejecutados.
R.
Él redimió a su pueblo y estableció su alianza para siempre.
Dios es santo y terrible y su gloria perdura eternamente.
R.
EVANGELIO.
Evangelio según san Lucas (10, 25-37)
En aquel tiempo, se presentó ante Jesús un doctor de la ley para
ponerlo a prueba y le preguntó: “Maestro, ¿qué debo hacer para
conseguir la vida eterna?” Jesús le dijo: “¿Qué es lo que está escrito
en la ley? ¿Qué lees en ella?” El doctor de la ley contestó: “Amarás
al Señor tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus
fuerzas y con todo tu ser, y a tu prójimo como a ti mismo”. Jesús le
dijo: “Has contestado bien; si haces eso, vivirás”.
El doctor de la ley, para justificarse, le preguntó a Jesús: “¿Y
quién es mi prójimo?” Jesús le dijo: “Un hombre que bajaba por el
camino de Jerusalén a Jericó, cayó en manos de unos ladrones, los
cuales lo robaron, lo hirieron y lo dejaron medio muerto. Sucedió
que por él mismo camino bajaba un sacerdote, el cual lo vio y
pasó de largo. De igual modo, un levita que pasó por ahí, lo vio y
siguió adelante. Pero un samaritano que iba de viaje, al verlo, se
compadeció de él, se le acercó, ungió sus heridas con aceite y vino
y se las vendó; luego lo puso sobre su cabalgadura, lo llevó a un
mesón y cuidó de él. Al día siguiente sacó dos denarios, se los dio
al dueño del mesón y le dijo: ‘Cuida de él y lo que gastes de más,
te lo pagaré a mi regreso’.
¿Cuál de estos tres te parece que se portó como prójimo del
hombre que fue asaltado por los ladrones?” El doctor de la ley le
respondió: “El que tuvo compasión de él”. Entonces Jesús le dijo:
“Anda y haz tú lo mismo”.
Palabra del Señor.
NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO.
El 7 de octubre de 1571, el Occidente fue salvado de la amenaza
turca, mediante la victoria de los cristianos en la batalla naval
de Lepanto. Dicha victoria se atribuyó al rezo del rosario. Este
hecho histórico se nos ha convertido ya en algo remoto. La Iglesia
nos invita a descubrir en el rosario el sitio que ocupa la santísima
Virgen en el misterio de la salvación y a saludar a la Madre de
Dios con el saludo del ángel, “Ave María”.