Palabra de Dios 03 de Oct. de 2024. Jueves XXVI de Tiempo Ordinario.

Palabra de Dios 03 de Oct. de 2024. Jueves XXVI de Tiempo Ordinario.

Palabra de Dios 03 de Oct. de 2024. Jueves XXVI de Tiempo Ordinario.

Evangelio del dia.

PRIMERA LECTURA.

Del libro de Job (19, 21-27)

Job tomó la palabra y dijo: “Tengan compasión de mí, amigos
míos, tengan compasión de mí, pues me ha herido la mano del
Señor. ¿Por qué se ensañan contra mí, como lo hace Dios, y no se
cansan de escarnecerme?
Ojalá que mis palabras se escribieran; ojalá que se grabaran en
láminas de bronce o con punzón de hierro se esculpieran en la roca
para siempre.
Yo sé bien que mi defensor está vivo y que al final se levantará a favor
del humillado; de nuevo me revestiré de mi piel y con mi carne veré a
mi Dios; yo mismo lo veré y no otro, mis propios ojos lo contemplarán.
Esta es la firme esperanza que tengo”.

Palabra de Dios.

SALMO.

Salmo (26, 7-8a. 8b-9abc. 13-14)

R. No me abandones, Dios mío.

Oye, Señor, mi voz y mis clamores y tenme compasión; el
corazón me dice que te busque y buscándote estoy.
R.

No rechaces con cólera a tu siervo, tú eres mi único auxilio; no
me abandones ni me dejes solo, Dios y salvador mío.
R.

La bondad del Señor espero ver en esta misma vida. Ármate
de valor y fortaleza y en el Señor confía.
R.

EVANGELIO.

Evangelio según san Lucas (10,1-12)

En aquel tiempo, designó el Señor a otros setenta y dos
discípulos y los mandó por delante, de dos en dos, a todos los
pueblos y lugares a donde pensaba ir, y les dijo: “La cosecha es
mucha y los trabajadores pocos. Rueguen, por tanto, al dueño de la
mies que envíe trabajadores a sus campos. Pónganse en camino;
los envío como corderos en medio de lobos. No lleven ni dinero, ni
morral, ni sandalias y no se detengan a saludar a nadie por el
camino. Cuando entren en una casa, digan: ‘Que la paz reine en
esta casa’. Y si allí hay gente amante de la paz, el deseo de paz de
ustedes se cumplirá; si no, no se cumplirá. Quédense en esa casa.
Coman y beban de lo que tengan, porque el trabajador tiene derecho
a su salario. No anden de casa en casa. En cualquier ciudad donde
entren y los reciban, coman lo que les den. Curen a los enfermos
que haya y díganles: ‘Ya se acerca a ustedes el Reino de Dios’.
Pero si entran en una ciudad y no los reciben, salgan por las
calles y digan: ‘Hasta el polvo de esta ciudad que se nos ha pegado
a los pies nos lo sacudimos, en señal de protesta contra ustedes. De
todos modos, sepan que el Reino de Dios está cerca’. Yo les digo
que en el día del juicio, Sodoma será tratada con menos rigor que
esa ciudad”.

Palabra del Señor.

REFLEXIÓN: La alocución que Jesús dirige al enviar
a los «setenta y dos» discípulos, parte de una muy
conocida y bella imagen. Es la de la mies abundante,
lista para una cosecha que necesita numerosos
segadores. Ellos han de ser mensajeros de paz, al
servicio del Reino: pobres, desinstalados, ligeros de
equipaje y disponibles para la ingente tarea que se les
confía. En la vocación de estos primeros «misioneros»
están representados todos los que, a lo largo de la
historia, serán llamados por Cristo al apostolado. A
través de sus brazos, Él podrá prolongar su acción
redentora en el mundo.

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