Palabra de Dios 11 de Ago. de 2024. XIX DEL TIEMPO ORDINARIO.
Evangelio del dia.
PRIMERA LECTURA.
Del primer libro de los Reyes (19, 4-8)
En aquellos tiempos, caminó Elías por el desierto un día
entero y finalmente se sentó bajo un árbol de retama, sintió
deseos de morir y dijo: “Basta ya, Señor. Quítame la vida, pues
yo no valgo más que mis padres”. Después se recostó y se quedó
dormido.
Pero un ángel del Señor llegó a despertarlo y le dijo:
“Levántate y come”. Elías abrió los ojos y vio a su cabecera un
pan cocido en las brasas y un jarro de agua. Después de comer y
beber, se volvió a recostar y se durmió.
Por segunda vez, el ángel del Señor lo despertó y le dijo:
“Levántate y come, porque aún te queda un largo camino”. Se
levantó Elías. Comió y bebió. Y con la fuerza de aquel alimento,
caminó cuarenta días y cuarenta noches hasta el Horeb, el monte
de Dios.
Palabra de Dios.
SALMO.
Salmo (33, 2-3. 4-5. 6-7. 8-9)
R. Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor.
Bendeciré al Señor a todas horas, no cesará mi boca de
alabarlo. Yo me siento orgulloso del Señor, que se alegre su
pueblo al escucharlo.
R.
Proclamemos la grandeza del Señor y alabemos todos juntos
su poder. Cuando acudí al Señor, me hizo caso y me libró de
todos mis temores.
R.
Confía en el Señor y saltarás de gusto; jamás te sentirás
decepcionado, porque el Señor escucha el clamor de los pobres
y los libra de todas sus angustias.
R.
Junto a aquellos que temen al Señor el ángel del Señor
acampa y los protege. Haz la prueba y verás qué bueno es el
Señor. Dichoso el hombre que se refugia en él.
R.
SEGUNDA LECTURA.
Carta de Pablo a los efesios (4, 30–5, 2)
Hermanos: No le causen tristeza al Espíritu Santo, con el que
Dios los ha marcado para el día de la liberación final.
Destierren de ustedes la aspereza, la ira, la indignación, los
insultos, la maledicencia y toda clase de maldad. Sean buenos y
comprensivos, y perdónense los unos a los otros, como Dios los
perdonó, por medio de Cristo.
Imiten, pues, a Dios como hijos queridos. Vivan amando como
Cristo, que nos amó y se entregó por nosotros, como ofrenda y
víctima de fragancia agradable a Dios.
Palabra de Dios.
EVANGELIO.
Evangelio según san Juan (6,41-51)
En aquel tiempo, los judíos murmuraban contra Jesús,
porque había dicho: “Yo soy el pan vivo que ha bajado del
cielo”, y decían: “¿No es éste, Jesús, el hijo de José? ¿Acaso no
conocemos a su padre y a su madre? ¿Cómo nos dice ahora que
ha bajado del cielo?”
Jesús les respondió: “No murmuren. Nadie puede venir a
mí, si no lo atrae el Padre, que me ha enviado; y a ése yo lo
resucitaré el último día. Está escrito en los profetas: Todos serán
discípulos de Dios. Todo aquel que escucha al Padre y aprende
de él, se acerca a mí. No es que alguien haya visto al Padre,
fuera de aquel que procede de Dios. Ese sí ha visto al Padre.
Yo les aseguro: el que cree en mí, tiene vida eterna. Yo soy el
pan de la vida. Sus padres comieron el maná en el desierto y sin
embargo, murieron. Este es el pan que ha bajado del cielo para
que, quien lo coma, no muera. Yo soy el pan vivo que ha bajado
del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan
que yo les voy a dar es mi carne para que el mundo tenga vida”.
Palabra del Señor.