Palabra de Dios 08 Julio del 2024. Lunes XIV de Tiempo Ordinario.
Evangelio del dia.
PRIMERA LECTURA.
Del libro del profeta Oseas (2, 16. 17b-18. 21-22)
Esto dice el Señor: “Yo conduciré a Israel, mi esposa infiel, al
desierto y le hablaré al corazón. Ella me responderá allá, como
cuando era joven, como el día en que salió de Egipto. Aquel día,
palabra del Señor, ella me llamará ‘Esposo mío’, y no me volverá
a decir ‘Baal mío’.
Israel, yo te desposaré conmigo para siempre. Nos uniremos
en la justicia y la rectitud, en el amor constante y la ternura; yo
te desposaré en la fidelidad y entonces tú conocerás al Señor”.
Palabra de Dios.
SALMO.
Salmo (144, 2-3. 4-5. 6-7. 8-9)
R. El Señor es compasivo y misericordioso.
Un día tras otro, Señor, bendeciré tu nombre y no cesará mi
boca de alabarte. Muy digno de alabanza es el Señor, por ser su
grandeza incalculable.
R.
Cada generación a la que sigue anunciará tus obras y proezas.
Se hablará de tus hechos portentosos, del glorioso esplendor de
tu grandeza.
R.
Alabarán tus maravillosos prodigios y contarán tus grandes
acciones; difundirán la memoria de tu inmensa bondad y
aclamarán tus victorias.
R.
El Señor es compasivo y misericordioso, lento para enojarse
y generoso para perdonar. Bueno es el Señor para con todos y su
amor se extiende a todas sus creaturas.
R.
EVANGELIO.
Evangelio según san Mateo (9, 18-26)
En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba, se le acercó un
jefe de la sinagoga, se postró ante él y le dijo: “Señor, mi
hija acaba de morir; pero ven tú a imponerle las manos y volverá
a vivir”.
Jesús se levantó y lo siguió, acompañado de sus discípulos.
Entonces, una mujer que padecía flujo de sangre desde hacía
doce años, se le acercó por detrás y le tocó la orilla del manto,
pues pensaba: “Con sólo tocar su manto, me curaré”. Jesús,
volviéndose, la miró y le dijo: “Hija, ten confianza; tu fe te ha
curado”. Y en aquel mismo instante quedó curada la mujer.
Cuando llegó a la casa del jefe de la sinagoga, vio Jesús a
los flautistas, y el tumulto de la gente y les dijo: “Retírense de
aquí. La niña no está muerta; está dormida”. Y todos se burlaron
de él. En cuanto hicieron salir a la gente, entró Jesús, tomó a la
niña de la mano y ésta se levantó. La noticia se difundió por toda
aquella región.
Palabra del Señor.
REFLEXIÓN: Estamos ante dos milagros de Jesús,
incluido uno en el otro: la curación de la mujer «que
padecía flujo de sangre» desde hacía doce años y
la resurrección «de la hija de un jefe de la sinagoga»,
llamado Jairo, y cuyo nombre conocemos por el lugar
paralelo de san Marcos (5, 22). En ambos casos aparece
con gran naturalidad su corazón bondadoso, que se
compadece de la humanidad doliente, como respuesta
a la fe de quienes solicitaban sus favores. En este relato
vemos, además, un anticipo del triunfo de quien es, en
definitiva, la «resurrección y la vida» (Jn 11, 25).