Palabra de Dios 3 de Junio de 2024. Memoria, SAN CARLOS LWANGA y Compañeros Mártires.

Palabra de Dios 3 de Junio de 2024. Memoria, SAN CARLOS LWANGA y Compañeros Mártires.

Palabra de Dios 3 de Junio de 2024. Memoria, SAN CARLOS LWANGA y Compañeros Mártires.

Evangelio del dia.

PRIMERA LECTURA.

Segunda carta del apóstol san Pedro (1, 1-7)

Yo, Simón Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo, les escribo a
ustedes, los que han obtenido una fe tan preciosa como la nuestra,
gracias a la justicia de Jesucristo, nuestro Dios y salvador. Que
abunden entre ustedes la gracia y la paz, por el conocimiento de
Jesucristo, nuestro Señor.
Su acción divina nos ha otorgado todo lo necesario para llevar
una vida de santidad, mediante el conocimiento profundo del que
nos ha llamado con su propia gloria y poder. Por medio de las
cuales nos han sido otorgados también los grandes y maravillosos
bienes prometidos, para que por ellos puedan ustedes escapar de la
corrupción que las pasiones desordenadas provocan en el mundo,
y lleguen a participar de la naturaleza divina. Por eso, esfuércense
en añadir a su buena fe buena conducta; a la buena conducta, la
inteligencia; a la inteligencia, el dominio propio; al dominio
propio, la perseverancia; a la perseverancia, la piedad; a la piedad,
el amor fraterno, y al amor fraterno, la caridad.

Palabra de Dios.

SALMO.

Salmo (90, 1-2. 14-15ab. 15c-16)

R. Tú eres mi Dios y en ti confío.

Tú, que vives al amparo del Altísimo y descansas a la sombra
del todopoderoso, dile al Señor: “Tú eres mi refugio y fortaleza; tú
eres mi Dios y en ti confío”.
R.

“Puesto que tú me conoces y me amas, dice el Señor, yo te
libraré y te pondré a salvo. Cuando tú me invoques, yo te escucharé
y en tus angustias estaré contigo”.
R.

“A quien se acoge a mí, dice el Señor, yo lo defenderé y colmaré
de honores; lo haré disfrutar de larga vida y haré que pueda ver mi
salvación”.
R.

EVANGELIO.

Evangelio según san Marcos (12, 1-12)

En aquel tiempo, Jesús comenzó a hablar en parábolas a los
sumos sacerdotes, a los escribas y a los ancianos y les dijo:
“Un hombre plantó una viña, la rodeó con una cerca, cavó un
lagar, construyó una torre para el vigilante, se la alquiló a unos
viñadores” y se fue de viaje al extranjero.
A su tiempo, les envió a los viñadores a un criado para recoger
su parte del fruto de la viña. Ellos se apoderaron de él, lo golpearon
y lo devolvieron sin nada. Les envió otro criado, pero ellos- lo
descalabraron y lo insultaron. Volvió a enviarles a otro y lo mataron.
Les envió otros muchos y los golpearon o los mataron.
Ya sólo le quedaba por enviar a uno, su hijo querido, y finalmente
también se lo envió, pensando: ‘A mi hijo sí lo respetarán’. Pero al
verlo llegar, aquellos viñadores se dijeron: ‘Este es el heredero;
vamos a matarlo y la herencia será nuestra’. Se apoderaron de él, lo
mataron y arrojaron su cuerpo fuera de la viña.
¿Qué hará entonces el dueño de la viña? Vendrá y acabará con
esos viñadores y dará la viña a otros. ¿Acaso no han leído en las
Escrituras: La piedra que desecharon los constructores es ahora la
piedra angular. Esto es obra de la mano del Señor, es un milagro
patente?”
Entonces los sumos sacerdotes, los escribas y los ancianos,
quisieron apoderarse de Jesús, porque se dieron cuenta de que por
ellos había dicho aquella parábola, pero le tuvieron miedo a la
multitud, dejaron a Jesús y se fueron de ahí.

Palabra del Señor.

SAN CARLOS LWANGA y Compañeros Mártires.

La historia de los 22 mártires de Uganda hace revivir las Actas de
los Mártires de los primeros siglos. Muchos de ellos acababan de
convertirse al cristianismo. Cuatro fueron bautizados por Carlos
Lwanga inmediatamente antes de ser martirizados. La mayor
parte de ellos fueron quemados vivos en Numungongo (1886). Su
edad oscilaba entre los 16 y los 24 años, pero el más pequeño,
Kizito, tenía sólo 13 años.

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