Palabra de Dios 10 de Mayo de 2024. VI Viernes de Pascua.
Evangelio del dia.
PRIMERA LECTURA.
Del libro de los Hechos de los Apóstoles (18, 9-18)
En aquellos días, Pablo tuvo una visión nocturna en Corinto, en
la que le dijo el Señor: “No tengas miedo. Habla y no calles, porque
yo estoy contigo y nadie pondrá la mano sobre ti para perjudicarte.
Muchos de esta ciudad pertenecen a mi pueblo”. Por eso Pablo se
quedó allí un año y medio, explicándoles la palabra de Dios.
Pero cuando Galión era procónsul de Acaya, los judíos, de
común acuerdo, se abalanzaron contra Pablo y lo llevaron hasta el
tribunal, donde dijeron: “Este hombre trata de convencer a la gente
de que den a Dios un culto contrario a la ley”. Iba Pablo a tomar
la palabra para responder, cuando Galión dijo a los judíos: “Si se
tratara de un crimen o de un delito grave, yo los escucharía, como
es razón; pero si la disputa es acerca de palabras o de nombres o
de su ley, arréglense ustedes”. Y los echó del tribunal. Entonces se
apoderaron de Sostenes, jefe de la sinagoga, y lo golpearon delante
del tribunal, sin que Galión se preocupara en lo más mínimo.
Pablo se quedó en Corinto todavía algún tiempo. Después se
despidió de los hermanos y se embarcó para Siria, con Priscila y
Aquila. En Céncreas se rapó la cabeza para cumplir una promesa
que había hecho.
Palabra de Dios.
SALMO.
Salmo (46, 2-3. 4-5. 6-7)
R. Dios es el rey del universo. Aleluya.
Aplaudan, pueblos todos; aclamen al Señor, de gozo llenos, que
el Señor, el Altísimo, es terrible y de toda la tierra, rey supremo.
R.
Fue él quien nos puso por encima de todas las naciones y los
pueblos, al elegirnos como herencia suya, orgullo de Jacob, su
predilecto.
R.
Entre voces de júbilo y trompetas, Dios, el Señor, asciende hasta
su trono. Cantemos en honor de nuestro Dios, al rey honremos y
cantemos todos.
R.
EVANGELIO.
Evangelio según san Juan (16, 20-23a)
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Les aseguro que
ustedes llorarán y se entristecerán, mientras el mundo se alegrará.
Ustedes estarán tristes, pero su tristeza se transformará en alegría.
Cuando una mujer va a dar a luz, se angustia, porque le ha
llegado la hora; pero una vez que ha dado a luz, ya no se acuerda
de su angustia, por la alegría de haber traído un hombre al mundo.
Así también ahora ustedes están tristes, pero yo los volveré a ver,
se alegrará su corazón y nadie podrá quitarles su alegría. Aquel día
no me preguntarán nada”.
Palabra del Señor.
REFLEXIÓN: Ante la inminente partida del Señor, a los
discípulos se les asegura que «su tristeza se transformará
en alegría». Será por eso un regocijo que surja triunfante
del dolor. Para expresarlo en forma más convincente,
Jesús se sirve de una sencilla comparación, sacada de la
experiencia del nacimiento de un ser humano. La muerte
de Cristo –«Hombre Nuevo»–. supuso el doloroso parto de
una renovada humanidad. En esa vida reside el gozo que
nadie podrá arrebatar a los suyos, ya que es el Espíritu
quien les reafirmará la conciencia de su adopción filial.