Palabra de Dios 10 de Abril 2024. 2do. Miercoles de Pascua.
Evangelio del dia.
PRIMERA LECTURA.
Del libro de los Hechos de los Apóstoles (5, 17-26)
En aquellos días, el sumo sacerdote y los de su partido,
que eran los saduceos, llenos de ira contra los apóstoles, los
mandaron aprehender y los metieron en la cárcel. Pero durante
la noche, un ángel del Señor les abrió las puertas, los sacó de
ahí y les dijo: “Vayan al templo y pónganse a enseñar al pueblo
todo lo referente a esta nueva vida”. Para obedecer la orden, se
fueron de madrugada al templo y ahí se pusieron a enseñar.
Cuando llegó el sumo sacerdote con los de su partido
convocaron al sanedrín, es decir, a todo el senado de los hijos
de Israel, y mandaron traer de la cárcel a los presos. Al llegar
los guardias a la cárcel, no los hallaron y regresaron a informar:
“Encontramos la cárcel bien cerrada y a los centinelas en sus
puestos, pero al abrir no encontramos a nadie adentro”.
Al oír estas palabras, el jefe de la guardia del templo y los
sumos sacerdotes se quedaron sin saber qué pensar; pero en ese
momento llegó uno y les dijo: “Los hombres que habían metido
en la cárcel están en el templo, enseñando al pueblo”.
Entonces el jefe de la guardia, con sus hombres, trajo a los
apóstoles, pero sin violencia, porque temían ser apedreados por
el pueblo.
Palabra de Dios.
SALMO.
Salmo (33, 2-3. 4-5. 6-7. 8-9)
R. Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor. Aleluya.
Bendeciré al Señor a todas horas, no cesará mi boca de
alabarlo. Yo me siento orgulloso del Señor que se alegre su
pueblo al escucharlo.
R.
Proclamemos la grandeza del Señor y alabemos todos juntos
su poder. Cuando acudí al Señor, me hizo caso y me libró de
todos mis temores.
R.
Confía en el Señor y saltarás de gusto, jamás te sentirás
decepcionado, porque el Señor escucha el clamor de los pobres
y los libra de todas sus angustias.
R.
Junto a aquellos que temen al Señor el ángel del Señor
acampa y los protege. Haz la prueba y verás qué bueno es el
Señor. Dichoso el hombre que se refugia en él.
R.
EVANGELIO.
Evangelio según san Juan (3, 16-21)
“Tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo único,
para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga
la vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo para condenar al
mundo, sino para que el mundo se salvara por él. El que cree en
él no será condenado; pero el que no cree ya está condenado por
no haber creído en el Hijo único de Dios.
La causa de la condenación es ésta: habiendo venido la luz
al mundo, los hombres prefirieron las tinieblas a la luz, porque
sus obras eran malas. Todo aquel que hace el mal, aborrece la
luz y no se acerca a ella, para que sus obras no se descubran.
En cambio, el que obra el bien conforme a la verdad se acerca a
la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios”.
Palabra del Señor.
REFLEXIÓN:
Éste es el contenido central de la Buena Nueva: tanto amó Dios
al mundo que nos dio a su Hijo Jesucristo para salvarnos delpecado.
Estas palabras, pronunciadas por Cristo en el coloquio con Nicodemo,
manifiestan que Dios da su Hijo para librarnos del mal; y esta obra
es realizada por el Hijo mediante su propio sufrimiento. Meditemos
en el grandísimo amor que esto entraña por parte de Dios. Él nos “da”
a su Hijo para que “no muramos”. El hombre “muere” cuando pierde la
vida eterna, cuando cae en pecado.La misión del Hijo, consiste en
vencer el pecado y la muerte. ¡Cuán grande es el amor de Dios, Padre,
Hijo y Espíritu Santo por cada uno! Esta sola verdad debería cambiar
radicalmente nuestra vida terrena. ¡Somos muy amados! Acudamos a la
fuente inagotable del amor divino, a los sacramentos, especialmente
a la Confesión y a la Eucaristía. Cristo nos ha ganado la salvación
por su cruz.