Palabra de Dios 20 de Feb. 2024. 1er. Martes de Cuaresma.
Evangelio del dia.
PRIMERA LECTURA.
Del libro del profeta Isaías (55, 10-11)
Esto dice el Señor: “Como bajan del cielo la lluvia y la nieve y
no vuelven allá, sino después de empapar la tierra, de fecundarla
y hacerla germinar, a fin de que dé semilla para sembrar y pan
para comer, así será la palabra que sale de mi boca: no volverá
a mí sin resultado, sino que hará mi voluntad y cumplirá su
misión”.
Palabra de Dios.
SALMO.
Salmo (33, 4-5. 6-7. 16-17. 18-19)
R. El Señor libra al justo de todas sus angustias.
Proclamemos la grandeza del Señor y alabemos todos juntos
su poder. Cuando acudí al Señor, me hizo caso y me libró de
todos mis temores.
R.
Confía en el Señor y saltarás de gusto, jamás te sentirás
decepcionado, porque el Señor escucha el clamor de los pobres
y los libra de todas sus angustias.
R.
Los ojos del Señor cuidan al justo y a su clamor están atentos
sus oídos. Contra el malvado, en cambio, está el Señor, para
borrar de la tierra su recuerdo.
R.
Escucha el Señor al hombre justo y lo libra de todas sus
congojas. El Señor no está lejos de sus fieles y levanta a las
almas abatidas.
R.
EVANGELIO.
Evangelio según san Mateo (6, 7-15)
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Cuando
ustedes hagan oración no hablen mucho, como los paganos,
que se imaginan que a fuerza de mucho hablar, serán escuchados.
No los imiten, porque el Padre sabe lo que les hace falta, antes
de que se lo pidan. Ustedes, pues, oren así:
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre,
venga tu Reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no
nos dejes caer en tentación y líbranos del mal.
Si ustedes perdonan las faltas a los hombres, también a ustedes
los perdonará el Padre celestial. Pero si ustedes no perdonan
a los hombres, tampoco el Padre les perdonará a ustedes sus
faltas”.
Palabra del Señor.
REFLEXIÓN: La Palabra de Dios pide de todos
nosotros una respuesta. Una respuesta que sólo
será eficaz si nos lleva a actuar según se evidencia
en ese modelo de toda verdadera oración: el
«Padrenuestro». Cada una de sus peticiones tiene
algo que enseñarnos. Hoy, sin embargo –al estar
en la cuaresma, tiempo especial de gracia– se nos
recalca que Dios ha querido condicionar su perdón
al que nosotros estemos dispuestos a otorgar a
quienes nos hayan ofendido. Así lo ilustra Él, de
forma inmejorable, con la parábola del «deudor
despiadado» (Cfr. Mt 18, 23-35).