Palabra de Dios 02 de Feb. 2024. Fiesta,  PRESENTACIÓN DEL SEÑOR.

Palabra de Dios 02 de Feb. 2024. Fiesta, PRESENTACIÓN DEL SEÑOR.

Palabra de Dios 02 de Feb. 2024. Fiesta, PRESENTACIÓN DEL SEÑOR.

Evangelio del dia.

PRIMERA LECTURA.

De la carta a los hebreos (2, 14-18)

Hermanos: Todos los hijos de una familia tienen la misma
sangre; por eso, Jesús quiso ser de nuestra misma sangre,
para destruir con su muerte al diablo, que mediante la muerte,
dominaba a los hombres, y para liberar a aquellos que, por temor
a la muerte, vivían como esclavos toda su vida.
Pues como bien saben, Jesús no vino a ayudar a los ángeles,
sino a los descendientes de Abraham; por eso tuvo que hacerse
semejante a sus hermanos en todo, a fin de llegar a ser sumo
sacerdote, misericordioso con ellos y fiel en las relaciones que
median entre Dios y los hombres, y expiar así los pecados del
pueblo. Como él mismo fue probado por medio del sufrimiento,
puede ahora ayudar a los que están sometidos a la prueba.

Palabra de Dios.

SALMO.

Salmo (23, 7. 8. 9. 10)

R. El Señor es el rey de la gloria.

¡Puertas, ábranse de par en par; agrándense, portones eternos,
porque va a entrar el rey de la gloria!
R.

¿Y quién es el rey de la gloria? Es el Señor, fuerte y poderoso,
el Señor, poderoso en la batalla.
R.

¡Puertas, ábranse de par en par, agrándense, portones eternos,
porque va a entrar el rey de la gloria!
R.

Y ¿quién es el rey de la gloria? El Señor, Dios de los ejércitos,
es el rey de la gloria.
R.

EVANGELIO.

Evangelio según san Lucas (2, 22-40)

Transcurrido el tiempo de la purificación de María, según
la ley de Moisés, ella y José llevaron al niño a Jerusalén
para presentarlo al Señor, de acuerdo con lo escrito en la ley:
Todo primogénito varón será consagrado al Señor, y también
para ofrecer, como dice la ley, un par de tórtolas o dos pichones.
Vivía en Jerusalén un hombre llamado Simeón, varón justo
y temeroso de Dios, que aguardaba el consuelo de Israel; en
él moraba el Espíritu Santo, el cual le había revelado que no
moriría sin haber visto antes al Mesías del Señor. Movido por
el Espíritu, fue al templo, y cuando José y María entraban con
el niño Jesús para cumplir con lo prescrito por la ley, Simeón lo
tomó en brazos y bendijo a Dios, diciendo:
“Señor, ya puedes dejar morir en paz a tu siervo, según lo que
me habías prometido, porque mis ojos han visto a tu Salvador,
al que has preparado para bien de todos los pueblos; luz que
alumbra a las naciones y gloria de tu pueblo, Israel”.
[El padre y la madre del niño estaban admirados de semejantes
palabras. Simeón los bendijo, y a María, la madre de Jesús, le
anunció: “Este niño ha sido puesto para ruina y resurgimiento
de muchos en Israel, como signo que provocará contradicción,
para que queden al descubierto los pensamientos de todos los
corazones. Y a ti, una espada te atravesará el alma”.
Había también una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu
de Aser. Era una mujer muy anciana. De joven, había vivido
siete años casada y tenía ya ochenta y cuatro años de edad. No se
apartaba del templo ni de día ni de noche, sirviendo a Dios con
ayunos y oraciones. Ana se acercó en aquel momento, dando
gracias a Dios y hablando del niño a todos los que aguardaban
la liberación de Israel.
Y cuando cumplieron todo lo que prescribía la ley del Señor,
se volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño iba
creciendo y fortaleciéndose, se llenaba de sabiduría y la gracia
de Dios estaba con él.]

Palabra del Señor.

PRESENTACIÓN DEL SEÑOR.

Los orientales llaman a esta fiesta Hipapante-El Encuentro. El
Señor, niño, es presentado en el Templo. Simeón y Ana, movidos
por el Espíritu Santo, dan testimonio de lo que es Cristo. Simeón
dice que será Luz de los pueblos; por eso las candelas. Hoy se
clausuran las solemnidades de la Manifestación o Epifanía del
Señor.

 

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