Palabra de Dios 28 de Ago. de 2023. Memoria, SAN AGUSTÍN.
Evangelio del dia.
PRIMERA LECTURA.
Primera carta de Pablo a los tesalonicenses (1, 1-5. 8-10)
Pablo, Silvano y Timoteo deseamos la gracia y la paz a la
comunidad cristiana de los tesalonicenses, congregada por Dios
Padre y por Jesucristo, el Señor.
En todo momento damos gracias a Dios por ustedes y los
tenemos presentes en nuestras oraciones. Ante Dios, nuestro Padre,
recordamos sin cesar las obras que manifiestan la fe de ustedes, los
trabajos fatigosos que ha emprendido su amor y la perseverancia
que les da su esperanza en Jesucristo, nuestro Señor.
Nunca perdemos de vista, hermanos muy amados de Dios,
que él es quien los ha elegido. En efecto, nuestra predicación del
Evangelio entre ustedes no se llevó a cabo sólo con palabras, sino
también con la fuerza del Espíritu Santo, que produjo en ustedes
abundantes frutos. Bien saben cómo hemos actuado entre ustedes
para su propio bien.
Su fe en Dios ha llegado a ser conocida, no sólo en Macedonia
y Acaya, sino en todas partes; de tal manera, que nosotros ya no
teníamos que decir nada. Porque ellos mismos cuentan de qué
manera tan favorable nos acogieron ustedes y cómo, abandonando
los ídolos, se convirtieron al Dios vivo y verdadero para servirlo,
esperando que venga desde el cielo su Hijo, Jesús, a quien él
resucitó de entre los muertos, y es quien nos libra del castigo
venidero.
Palabra de Dios.
SALMO.
Salmo (149, 1-2. 3-4. 5-6a y 9b.)
R. El Señor es amigo de su pueblo.
Entonen al Señor un canto nuevo, en la asamblea litúrgica
alábenlo. En su creador y rey, en el Señor, alégrese Israel, su
pueblo santo.
R.
En honor de su nombre, que haya danzas, alábenlo con arpa y
tamboriles. El Señor es amigo de su pueblo y otorga la victoria a
los humildes.
R.
Que se alegren los fieles en el triunfo, que inunde el regocijo sus
hogares, que alaben al Señor con sus palabras, porque en esto su
pueblo se complace.
R.
EVANGELIO.
Evangelio según san Mateo (23, 13-22)
En aquel tiempo, Jesús dijo a los escribas y fariseos: “¡Ay de
ustedes, escribas y fariseos hipócritas, porque les cierran a los
hombres el Reino de los cielos! Ni entran ustedes ni dejan pasar a
los que quieren entrar.
¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que recorren mar
y tierra para ganar un adepto y, cuando lo consiguen, lo hacen
todavía más digno de condenación que ustedes mismos!
¡Ay de ustedes, guías ciegos, que enseñan que jurar por el
templo no obliga, pero que jurar por el oro del templo, sí obliga!
¡Insensatos y ciegos! ¿Qué es más importante, el oro o el templo,
que santifica al oro? También enseñan ustedes que jurar por el altar
no obliga, pero que jurar por la ofrenda que está sobre él, sí obliga.
¡Ciegos! ¿Qué es más importante, la ofrenda o el altar, que santifica
a la ofrenda? Quien jura, pues, por el altar, jura por él y por todo lo
que está sobre él. Quien jura por el templo, jura por él y por aquel
que lo habita. Y quien jura por el cielo, jura por el trono de Dios y
por aquel que está sentado en él”.
Palabra del Señor.
SAN AGUSTÍN,
Obispo y Doctor de la Iglesia.
Son muy conocidas las etapas de la vida de Agustín: su nacimiento
en Tagaste (África), en 354; su conversión en Milán, en 387; su
episcopado en Hipona (395-430). Pero lo más importante son los
destellos de su pensamiento genial y el testimonio que dio de una
vida totalmente consagrada a la búsqueda de Dios y al servicio de
la Iglesia, que es, para él, tanto la comunidad de fieles reunidos
en Hipona, como el cuerpo de Cristo, extendido en todo el mundo.