Palabra de Dios 6 de abril de 2023. JUEVES SANTO.

Palabra de Dios 6 de abril de 2023. JUEVES SANTO.

Palabra de Dios 6 de abril de 2023. JUEVES SANTO.

Evangelio del dia.

PRIMERA LECTURA.

Del libro del Éxodo (12, 1-8. 11-14)

En aquellos días, dijo el Señor a Moisés y a Aarón en tierra
de Egipto: “Este mes será para ustedes el primero de todos los
meses y el principio del año. Díganle a toda la comunidad de
Israel: ‘El día diez de este mes, tomará cada uno un cordero
por familia, uno por casa. Si la familia es demasiado pequeña
para comérselo, que se junte con los vecinos y elija un cordero
adecuado al número de personas y a la cantidad que cada cual
pueda comer. Será un animal sin defecto, macho, de un año,
cordero o cabrito.
Lo guardarán hasta el día catorce del mes, cuando toda la
comunidad de los hijos de Israel lo inmolará al atardecer.
Tomarán la sangre y rociarán las dos jambas y el dintel de la
puerta de la casa donde vayan a comer el cordero. Esa noche
comerán la carne, asada a fuego; comerán panes sin levadura
y hierbas amargas. Comerán así: con la cintura ceñida, las
sandalias en los pies, un bastón en la mano y a toda prisa, porque
es la Pascua, es decir, el paso del Señor.
Yo pasaré esa noche por la tierra de Egipto y heriré a todos
los primogénitos del país de Egipto, desde los hombres hasta los
ganados. Castigaré a todos los dioses de Egipto, yo, el Señor. La
sangre les servirá de señal en las casas donde habitan ustedes.
Cuando yo vea la sangre, pasaré de largo y no habrá entre ustedes
plaga exterminadora, cuando hiera yo la tierra de Egipto.
Ese día será para ustedes un memorial y lo celebrarán como
fiesta en honor del Señor. De generación en generación celebrarán
esta festividad, como institución perpetua’ ”.

Palabra de Dios.

SALMO.

Salmo. (115, 12-13. 15-16bc. 17-18)

R. Gracias, Señor, por tu sangre que nos lava.

¿Cómo le pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho?
Levantaré el cáliz de salvación e invocaré el nombre del Señor.
R.

A los ojos del Señor es muy penoso que mueran sus amigos.
De la muerte, Señor, me has librado, a mí, tu esclavo e hijo de
tu esclava.
R.

Te ofreceré con gratitud un sacrificio e invocaré tu nombre.
Cumpliré mis promesas al Señor ante todo su pueblo.
R.

SEGUNDA LECTURA.

Carta de san Pablo a los corintios (11, 23-26)

Hermanos: Yo recibí del Señor lo mismo que les he trasmitido:
que el Señor Jesús, la noche en que iba a ser entregado, tomó
pan en sus manos, y pronunciando la acción de gracias, lo partió
y dijo: “Esto es mi cuerpo, que se entrega por ustedes. Hagan
esto en memoria mía”.
Lo mismo hizo con el cáliz después de cenar, diciendo: “Este
cáliz es la nueva alianza que se sella con mi sangre. Hagan esto
en memoria mía siempre que beban de él”.
Por eso, cada vez que ustedes comen de este pan y beben
de este cáliz, proclaman la muerte del Señor, hasta que vuelva.

Palabra de Dios.

EVANGELIO.

Evangelio según san Juan (13, 1-15)

Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado
la hora de pasar de este mundo al Padre y habiendo amado a los
suyos, que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo.
En el transcurso de la cena, cuando ya el diablo había puesto
en el corazón de Judas Iscariote, hijo de Simón, la idea de
entregarlo, Jesús, consciente de que el Padre había puesto en sus
manos todas las cosas y sabiendo que había salido de Dios y a
Dios volvía, se levantó de la mesa, se quitó el manto y tomando
una toalla, se la ciñó; luego echó agua en una jofaina y se puso a
lavarles los pies a los discípulos y a secárselos con la toalla que
se había ceñido.
Cuando llegó a Simón Pedro, éste le dijo: “Señor, ¿me
vas a lavar tú a mí los pies?” Jesús le replicó: “Lo que estoy
haciendo tú no lo entiendes ahora, pero lo comprenderás más
tarde”. Pedro le dijo: “Tú no me lavarás los pies jamás”. Jesús
le contestó: “Si no te lavo, no tendrás parte conmigo”. Entonces
le dijo Simón Pedro: “En ese caso, Señor, no sólo los pies, sino
también las manos y la cabeza”. Jesús le dijo: “El que se ha
bañado no necesita lavarse más que los pies, porque todo él está
limpio. Y ustedes están limpios, aunque no todos”. Como sabía
quién lo iba a entregar, por eso dijo: ‘No todos están limpios’.
Cuando acabó de lavarles los pies, se puso otra vez el manto,
volvió a la mesa y les dijo: “¿Comprenden lo que acabo de hacer
con ustedes? Ustedes me llaman Maestro y Señor, y dicen bien,
porque lo soy. Pues si yo, que soy el Maestro y el Señor, les he
lavado los pies, también ustedes deben lavarse los pies los unos
a los otros. Les he dado ejemplo, para que lo que yo he hecho
con ustedes, también ustedes lo hagan”.

Palabra del Señor.

Acerca del autor

Temas relacionados

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.