Palabra de Dios 10 de abril de 2023. Lunes de la Octava de Pascua.
Evangelio del dia.
PRIMERA LECTURA.
De los Hechos de los Apóstoles (2, 14. 22-33)
El día de Pentecostés, se presentó Pedro, junto con los
Once, ante la multitud, y levantando la voz, dijo: “Israelitas,
escúchenme. Jesús de Nazaret fue un hombre acreditado por
Dios ante ustedes, mediante los milagros, prodigios y señales
que Dios realizó por medio de él y que ustedes bien conocen.
Conforme al plan previsto y sancionado por Dios, Jesús fue
entregado, y ustedes utilizaron a los paganos para clavarlo en
la cruz.
Pero Dios lo resucitó, rompiendo las ataduras de la muerte,
ya que no era posible que la muerte lo retuviera bajo su dominio.
En efecto, David dice, refiriéndose a él: Yo veía constantemente
al Señor delante de mí, puesto que él está a mi lado para que
yo no tropiece. Por eso se alegra mi corazón y mi lengua se
alboroza; por eso también mi cuerpo vivirá en la esperanza,
porque tú, Señor, no me abandonarás a la muerte, ni dejarás que
tu santo sufra la corrupción. Me has enseñado el sendero de la
vida y me saciarás de gozo en tu presencia.
Hermanos, que me sea permitido hablarles con toda claridad;
el patriarca David murió y lo enterraron, y su sepulcro se
conserva entre nosotros hasta el día de hoy. Pero como era
profeta y sabía que Dios le había prometido con juramento que
un descendiente suyo ocuparía su trono, con visión profética
habló de la resurrección de Cristo, el cual no fue abandonado a
la muerte ni sufrió la corrupción.
Pues bien, a este Jesús, Dios lo resucitó, y de ello todos
nosotros somos testigos. Llevado a los cielos por el poder de
Dios, recibió del Padre el Espíritu Santo prometido a él y lo ha
comunicado, como ustedes lo están viendo y oyendo”.
Palabra de Dios.
SALMO.
Salmo (15, l-2a y 5. 7-8. 9-10. 11)
R. Protege, Señor, a los que esperamos en ti. Aleluya.
Protégeme, Dios mío, pues eres mi refugio. Yo siempre he
dicho que tú eres mi Señor. El Señor es la parte que me ha
tocado en herencia; mi vida está en sus manos.
R.
Bendeciré al Señor, que me aconseja, hasta de noche me
instruye internamente. Tengo siempre presente al Señor y con él
a mi lado, jamás tropezaré.
R.
Por eso se me alegran el corazón y el alma y mi cuerpo vivirá
tranquilo, porque tú no me abandonarás a la muerte ni dejarás
que sufra yo la corrupción.
R.
Enséñame el camino de la vida, sáciame de gozo en tu
presencia y de alegría perpetua junto a ti.
R.
EVANGELIO.
Evangelio según san Mateo (28, 8-15)
Después de escuchar las palabras del ángel, las mujeres se
alejaron a toda prisa del sepulcro, y llenas de temor y de
gran alegría, corrieron a dar la noticia a los discípulos. Pero de
repente Jesús les salió al encuentro y las saludó. Ellas se le
acercaron, le abrazaron los pies y lo adoraron. Entonces les dijo
Jesús: “No tengan miedo. Vayan a decir a mis hermanos que se
dirijan a Galilea. Allá me verán”.
Mientras las mujeres iban de camino, algunos soldados de la
guardia fueron a la ciudad y dieron parte a los sumos sacerdotes
de todo lo ocurrido. Estos se reunieron con los ancianos, y juntos
acordaron dar una fuerte suma de dinero a los soldados, con
estas instrucciones: “Digan: ‘Durante la noche, estando nosotros
dormidos, llegaron sus discípulos y se robaron el cuerpo’. Y si
esto llega a oídos del gobernador, nosotros nos arreglaremos
con él y les evitaremos cualquier complicación”.
Ellos tomaron el dinero y actuaron conforme a las
instrucciones recibidas. Esta versión de los soldados se ha ido
difundiendo entre los judíos hasta el día de hoy.
Palabra del Señor.