Palabra de Dios 8 de febrero de 2023. 5° Miercoles de Tiempo Ordinario.
Evangelio del dia.
PRIMERA LECTURA.
Del libro del Génesis (2, 4-9. 15-17)
Cuando el Señor Dios hizo el cielo y la tierra, no había ningún
arbusto en el campo, ni había brotado ninguna hierba silvestre,
pues el Señor Dios no había hecho llover sobre la tierra y no
había hombres que labraran el suelo y abrieran canales para que
corriera el agua y se regaran los campos.
Un día, el Señor Dios tomó polvo del suelo y con él formó al
hombre; le sopló en las narices un aliento de vida, y el hombre
comenzó a vivir. Después plantó el Señor un jardín al oriente
del Edén y allí puso al hombre que había formado. El Señor
Dios hizo germinar del suelo toda clase de árboles, de hermoso
aspecto y sabrosos frutos, y además, en medio del jardín, el
árbol de la vida y el árbol del conocimiento del bien y del mal.
El Señor Dios tomó al hombre y lo puso en el jardín del Edén,
para que lo cultivara y lo cuidara.
El Señor Dios le dio al hombre esta orden: “Puedes comer
de todos los árboles del jardín; pero del árbol del conocimiento
del bien y del mal te mando que no comas, porque el día en que
comas de él, morirás sin remedio”.
Palabra de Dios.
SALMO.
Salmo 103, 1-2a, 27-28, 29bc-30
R. Bendito sea el Señor, que nos ha dado la vida.
Bendice al Señor, alma mía; Señor y Dios mío, inmensa es
tu grandeza. Te vistes de belleza y majestad, la luz te envuelve
como un manto.
R.
Todos los vivientes aguardan que les des de comer a su
tiempo; les das el alimento y lo recogen, abres tu mano y se
sacian de bienes.
R.
Si retiras tu aliento, toda creatura muere y vuelve al polvo.
Pero envías tu espíritu, que da vida, y renuevas el aspecto de la
tierra.
R.
EVANGELIO.
Evangelio según san Marcos (7, 14-23)
En aquel tiempo, Jesús llamó de nuevo a la gente y les dijo:
“Escúchenme todos y entiéndanme. Nada que entre de
fuera puede manchar al hombre; lo que sí lo mancha es lo que
sale de dentro”.
Cuando entró en una casa para alejarse de la muchedumbre,
los discípulos le preguntaron qué quería decir aquella parábola.
Él les dijo: “¿Ustedes también son incapaces de comprender?
¿No entienden que nada de lo que entra en el hombre desde
afuera puede contaminarlo, porque no entra en su corazón, sino
en el vientre y después, sale del cuerpo?” Con estas palabras
declaraba limpios todos los alimentos.
Luego agregó: “Lo que sí mancha al hombre es lo que sale
de dentro; porque del corazón del hombre salen las intenciones
malas, las fornicaciones, los robos, los homicidios, los adulterios,
las codicias, las injusticias, los fraudes, el desenfreno, las
envidias, la difamación, el orgullo y la frivolidad. Todas estas
maldades salen de dentro y manchan al hombre”.
Palabra del Señor.