Palabra de Dios 25 de febrero de 2023. Sábado después de Ceniza.
Evangelio del dia.
PRIMERA LECTURA.
Del libro del profeta Isaías (58, 9-14)
Esto dice el Señor: “Cuando renuncies a oprimir a los demás
y destierres de ti el gesto amenazador y la palabra ofensiva;
cuando compartas tu pan con el hambriento y sacies la necesidad
del humillado, brillará tu luz en las tinieblas y tu oscuridad será
como el mediodía. El Señor te dará reposo permanente; en el
desierto saciará tu hambre y dará vigor a tu cuerpo; serás como
un huerto bien regado, como un manantial cuyas aguas no se
agotan.
Construirás sobre tus viejas ruinas y edificarás sobre
cimientos muy antiguos; te llamarán reparador de brechas y
restaurador de hogares derruidos.
Si detienes tus pasos para no violar el sábado y no tratas tus
negocios en mi día santo, si llamas al sábado tu delicia y lo
consagras a la gloria del Señor, si lo honras absteniéndote de
viajes, de buscar tu interés, de tratar tus asuntos, entonces el
Señor será tu delicia. Te asentaré sobre mis montañas, te haré
gustar la herencia de tu padre Jacob”.
Palabra de Dios.
SALMO.
Salmo 85, 1-2. 3-4. 5-6
R. Señor, enséñame a seguir fielmente tus caminos.
Presta, Señor, oídos a mi súplica, pues soy un pobre, lleno de
desdichas. Protégeme, Señor, porque te amo; salva a tu servidor,
que en ti confía.
R.
Ten compasión de mí, pues clamo a ti, Dios mío, todo el día,
y ya que a ti, Señor, levanto el alma, llena a este siervo tuyo de
alegría.
R.
Puesto que eres, Señor, bueno y clemente y todo amor con
quien tu nombre invoca, escucha mi oración y a mi súplica da
respuesta pronta.
R.
EVANGELIO.
Evangelio según san Lucas (5, 27-32)
En aquel tiempo, vio Jesús a un publicano, llamado Leví
(Mateo), sentado en su despacho de recaudador de
impuestos, y le dijo: “Sígueme”. Él, dejándolo todo, se levantó
y lo siguió.
Leví ofreció en su casa un gran banquete en honor de Jesús,
y estaban a la mesa, con ellos, un gran número de publicanos
y otras personas. Los fariseos y los escribas criticaban por eso
a los discípulos, diciéndoles: “¿Por qué comen y beben con
publicanos y pecadores?” Jesús les respondió: “No son los
sanos los que necesitan al médico, sino los enfermos. No he
venido a llamar a los justos, sino a los pecadores, para que se
conviertan”.
Palabra del Señor.