Palabra de Dios 27 de Dic. de 2022. San Juan Apóstol y evangelista.
Evangelio del dia.
PRIMERA LECTURA.
De la primera carta del apóstol san Juan (1, 1-4)
Queridos hermanos: Les anunciamos lo que ya existía desde
el principio, lo que hemos oído y hemos visto con nuestros
propios ojos, lo que hemos contemplado y hemos tocado con
nuestras propias manos. Nos referimos a aquel que es la Palabra
de la vida.
Esta vida se ha hecho visible y nosotros la hemos visto y
somos testigos de ella. Les anunciamos esta vida, que es eterna,
y estaba con el Padre y se nos ha manifestado a nosotros.
Les anunciamos, pues, lo que hemos visto y oído, para que
ustedes estén unidos con nosotros, y juntos estemos unidos con
el Padre y su Hijo, Jesucristo. Les escribimos esto para que se
alegren y su alegría sea completa.
Palabra de Dios.
SALMO.
Salmo 96, 1-2.5-6. 11-12
R. Alégrense, justos, con el Señor.
Reina el Señor, alégrese la tierra; cante de regocijo el mundo
entero. Tinieblas y nubes rodean el trono del Señor, que se
asienta en la justicia y el derecho.
R.
Los montes se derriten como cera ante el Señor de toda la
tierra. Los cielos pregonan su justicia, su inmensa gloria ven
todos los pueblos.
R.
Amanece la luz para el justo y la alegría para los rectos de
corazón. Alégrense justos, con el Señor y bendigan su santo
nombre.
R.
EVANGELIO.
Evangelio según san Juan (20, 2-8)
El primer día después del sábado, María Magdalena vino
corriendo a la casa donde estaban Simón Pedro y el otro
discípulo, a quien Jesús amaba, y les dijo: “Se han llevado del
sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo habrán puesto”.
Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los
dos iban corriendo juntos, pero el otro discípulo corrió más
aprisa que Pedro y llegó primero al sepulcro, e inclinándose,
miró los lienzos puestos en el suelo, pero no entró.
En eso llegó también Simón Pedro, que lo venía siguiendo, y
entró en el sepulcro. Contempló los lienzos puestos en el suelo
y el sudario, que había estado sobre la cabeza de Jesús, puesto
no con los lienzos en el suelo, sino doblado en sitio aparte.
Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado
primero al sepulcro, y vio y creyó, porque hasta entonces no
habían entendido las Escrituras, según las cuales Jesús debía
resucitar de entre los muertos.
Palabra del Señor.