Palabra de Dios 12 de Dic. de 2022. Solemnidad, NUESTRA SEÑORA DE GUADALUPE, PATRONA DE AMÉRICA.
Evangelio del dia.
PRIMERA LECTURA.
Del libro del profeta Isaías (7, 10-14)
En aquellos tiempos, el Señor le habló a Ajaz diciendo: “Pide
al Señor, tu Dios, una señal de abajo, en lo profundo, o de arriba,
en lo alto”. Contestó Ajaz: “No la pediré. No tentare al Señor”.
Entonces dijo Isaías: “Oye, pues, casa de David: ¿No
satisfechos con cansar a los hombres, quieren cansar también a
mi Dios? Pues bien, el Señor mismo les dará por eso una señal:
He aquí que la virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrán
el nombre de Emmanuel, que quiere decir Dios-con-nosotros”.
Palabra de Dios.
SALMO.
Salmo 66, 2-3. 5. 7-8.
R. Que te alaben, Señor, todos los pueblos.
Ten piedad de nosotros y bendícenos; vuelve, Señor, tus ojos
a nosotros. Que conozca la tierra tu bondad y los pueblos tu obra
salvadora.
R.
Las naciones con júbilo te canten, porque juzgas al mundo
con justicia; con equidad tú juzgas a los pueblos y riges en la
tierra a las naciones.
R.
Que te alaben, Señor, todos los pueblos, que los pueblos
te aclamen todos juntos. Que nos bendiga Dios y que le rinda
honor el mundo entero.
R.
SEGUNDA LECTURA.
Carta de san Pablo a los gálatas (4, 4-7)
Hermanos: Al llegar la plenitud de los tiempos, envió Dios
a su Hijo, nacido de una mujer, nacido bajo la ley, para rescatar
a los que estábamos bajo la ley, a fin de hacernos hijos suyos.
Puesto que ya son ustedes hijos, Dios envió a sus corazones
el Espíritu de su Hijo, que clama: “¡Abbá!”, es decir, ¡Padre!
Así que ya no eres siervo, sino hijo; y siendo hijo, eres también
heredero por voluntad de Dios.
Palabra de Dios.
EVANGELIO.
Evangelio según san Lucas (1, 39-48)
En aquellos días, María se encaminó presurosa a un pueblo
de las montañas de Judea, y entrando en la casa de Zacarías,
saludó a Isabel. En cuanto ésta oyó el saludo de María, la
creatura saltó en su seno.
Entonces Isabel quedó llena del Espíritu Santo, y levantando
la voz, exclamó: “¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto
de tu vientre! ¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor
venga a verme? Apenas llegó tu saludo a mis oídos, el niño
saltó de gozo en mi seno. Dichosa tú, que has creído, porque se
cumplirá cuanto te fue anunciado de parte del Señor”.
Entonces dijo María: “Mi alma glorifica al Señor y mi espíritu
se llena de júbilo en Dios mi salvador, porque puso sus ojos en
la humildad de su esclava”.
Palabra del Señor.