Palabra de Dios 26 de Nov. 2022. Sabado XXXIV Tiempo Ordinario.
Evangelio del dia.
PRIMERA LECTURA.
Del libro del Apocalipsis del apóstol san Juan (22, 1-7)
El ángel del Señor me mostró a mí, Juan, el río del agua que da la
vida, reluciente como el cristal, que brotaba del trono de Dios y del
Cordero. En el centro de la plaza de la ciudad y en cada lado del río,
crecía un árbol de la vida, que daba doce cosechas al año, una cada
mes, y sus hojas sirven para dar la salud a las naciones. Ahí no habrá
ya ninguna maldición.
En la ciudad estará el trono de Dios y el del Cordero, y sus
servidores le darán culto, lo verán cara a cara, y llevarán su nombre
en la frente. Ahí no habrá ya noche ni habrá necesidad de lámparas o
de sol, porque el Señor Dios los iluminará con su luz y reinarán por
los siglos de los siglos.
Luego el ángel me dijo: “Estas palabras son verdaderas y dignas de
crédito. El Señor Dios, que inspiró a los profetas, ha enviado su ángel
para comunicar a sus servidores lo que tiene que suceder en breve.
Ya estoy a punto de llegar. Dichoso quien le hace caso al mensaje
profético contenido en este libro”.
Palabra de Dios.
SALMO.
Sal. 94, 1-2. 3-5. 6-7
R. Demos gracias al Señor.
Vengan, lancemos vivas al Señor, aclamemos al Dios que nos
salva. Acerquémonos a él llenos de júbilo y démosle gracias.
R.
Porque el Señor es un Dios grande, es un rey más grande que todos
los dioses: en sus manos están los abismos de la tierra y son suyas las
cumbres de las montañas; el mar es suyo, pues él lo hizo, y también la
tierra, pues la formó con sus manos.
R.
Vengan, y puestos de rodillas, adoremos y bendigamos al Señor,
que nos hizo, pues él es nuestro Dios y nosotros, su pueblo, él nuestro
pastor y nosotros, sus ovejas.
R.
EVANGELIO.
Evangelio según san Lucas (21, 34-36)
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Estén alerta, para
que los vicios, la embriaguez y las preocupaciones de esta vida no
entorpezcan su mente y aquel día los sorprenda desprevenidos; porque
caerá de repente como una trampa sobre todos los habitantes de la tierra.
Velen, pues, y hagan oración continuamente, para que puedan
escapar de todo lo que ha de suceder y comparecer seguros ante el
Hijo del hombre”.
Palabra del Señor.