Palabra de Dios 04 de Junio 2022. Misa Vespertina de la Vigilia de Pentecostés.
Evangelio.
PRIMERA LECTURA.
Del libro del Génesis (11, 1-9).
Toda la tierra hablaba una sola lengua con las mismas palabras. Al emigrar (el
hombre) de Oriente, encontraron una llanura en el país de Sinaar y se establecieron allí.
Y se dijeron unos a otros.
—Vamos a preparar ladrillos y a cocerlos (emplearon ladrillos en vez de piedras, y
alquitrán en vez de cemento).
Y dijeron:
—Vamos a construir una ciudad y una torre que alcance al cielo, para hacernos
famosos, y para no dispersarnos por la superficie de la tierra.
El Señor bajó a ver la ciudad y la torre que estaban construyendo los hombres y se
dijo:
—Son un solo pueblo con una sola lengua. Si esto no es más que el comienzo de su
actividad, nada de lo que decidan hacer les resultará imposible. Voy a bajar y a confundir
su lengua, de modo que uno no entienda la lengua del prójimo.
El Señor los dispersó por la superficie de la tierra y cesaron de construir la ciudad.
Por eso se llama Babel, porque allí confundió el Señor la lengua de toda la tierra, y
desde allí los dispersó por la superficie de la tierra.
Palabra de Dios.
SALMO.
Sal 103, 1-2a. 24 y 35c. 27-28. 29bc-30
R/. Envía tu Espíritu, Señor, y repuebla la faz de la tierra.
Bendice, alma mía, al Señor.
¡Dios mío, qué grande eres!
Te vistes de belleza y majestad,
la luz te envuelve como un manto.
R/.
Cuántas son tus obras, Señor, y todas las hiciste con sabiduría;la tierra está llena
de tus criaturas. ¡Bendice, alma mía, al Señor!
R/.
Todos ellos aguardan a que les eches comida a su tiempo;se la echas y la atrapan,
abres tu mano y se sacian de bienes.
R/.
Les retiras el aliento, y expiran, y vuelven a ser polvo;envías tu aliento y los creas,
y repueblas la faz de la tierra.
R/.
SEGUNDA LECTURA.
De la carta de Pablo a los Romanos (8, 22-27).
Hermanos :
Sabemos que hasta hoy la creación entera está gimiendo toda ella con dolores de
parto.
Y no sólo eso;también nosotros, que poseemos las primicias del Espíritu, gemimos en
nuestro interior, aguardando la hora de ser hijos de Dios, la redención de nuestro cuerpo.
Porque en esperanza fuimos salvados. Y una esperanza que se ve, ya no es esperanza.
¿Cómo seguirá esperando uno aquello que ve?
Cuando esperamos lo que no vemos, esperamos con perseverancia.
Así también el Espíritu viene en ayuda de nuestra debilidad, porque nosotros no
sabemos pedir lo que nos conviene, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con
gemidos inefables.
El que escudriña los corazones sabe cuál es el deseo del Espíritu, y que su intercesión
por los santos es según Dios.
Palabra de Dios.
EVANGELIO.
Evangelio según San Juan (7, 37-39).
El último día, el más solemne de las fiestas, Jesús en pie gritaba:
—El que tenga sed, que venga a mí;
el que cree en mí que beba.
(Como dice la Escritura: de sus entrañas manarán torrentes de
agua viva.)
Decía esto refiriéndose al Espíritu, que habían de recibir los
que creyeran en él. Todavía no se había dado el Espíritu, porque
Jesús no había sido glorificado.
Palabra del Señor.