San Francisco de Asís impulsando al cristiano de hoy.

San Francisco de Asís impulsando al cristiano de hoy.

San Francisco de Asís impulsando al cristiano de hoy.

Espiritualidad.


En estos últimos días, se ha puesto la mirada en diversas espiritualidades que nuestra Iglesia tiene como riqueza, los ignacianos, franciscanos, carmelitas, teresianos, dominicos, etc., están promoviendo su espiritualidad entre el pueblo cristiano de los católicos, basta comentar que hay una cantidad inmensa de santos que la Iglesia reconoce en el sentido de que estos han encontrado una forma muy especial de vivir la fe en Cristo Jesús.

A lo largo de la república mexicana, se difunde tal espiritualidad dependiendo de las congregaciones que visitan los templos y parroquias, mediante pláticas, conferencias, retiros, propaganda, información directa, etc., su misma presencia en los lugares de la asamblea eucarística alegra el corazón.

Cabe hacer mención que no es tan sencillo como se escribe la entrega que estos santos hicieron a nuestro Señor Jesús, para ello primeramente, fue escuchar la voz de Jesús, su llamado que se alojaba en el corazón y Jesús en una infinidad de recursos como se muestra en cada santo, ¡penetró ese corazón con su llamado!, esto me hace recordar una verdad infranqueable: Heb 1:2 En estos últimos tiempos nos ha hablado por medio del Hijo a quien instituyó heredero de todo, por quien también hizo el universo. En pocas palabras, estos santos iniciaron su proceso de configuración en Cristo Jesús como cita el padre Emilio Mazariegos.

Una vida de tantos que no se distingue.

Muchísimos santos antes de alcanzar esa santidad, antes de lograr esa entrega, antes de lograr esa espiritualidad, tuvieron la vida como muchos jóvenes la tienen hoy, una vida sin horizonte, llena de humo y de espejos que destellan, así cita Celano también una de las fuentes franciscanas: “vida primera de san Francisco 1-25”:

Y ¿cómo imaginas que han de ser cuando estrenan la adolescencia? En este tiempo, nadando en todo género de disolución, ya que les es permitido hacer cuanto les viene en gana, se entregan con todo ardor a una vida vergonzosa. Sujetos de este modo voluntariamente a la esclavitud del pecado, hacen de sus miembros armas de iniquididad; y, no poseyendo en sí mismos ni en su vida y costumbres nada de la religión cristiana, se amparan sólo con el nombre de cristianos. Alardean los desdichados con frecuencia de haber hecho cosas peores de las que realizaron, por que no sean tenidos como más despreciables cuanto más inocentes se conservan.

Podemos agregar algo más: “no solo jóvenes si no una gran cantidad de adultos” que viven al margen de una fe recta como católicos, más esa es la razón por la cual en el medio de la evangelización, también aparecen estás espiritualidades para poder en su conjunto tener resultados más trascendentes que construyan mejores vidas en nuestra iglesia.

De nada sirve si el que es católico no se distingue de los que conviven con él, no hay distinción con los que no son más comprometidos con Jesús, de ahí que el Papa Francisco invite en el tercer numeral de Evangelii Gaudium: 3. Invito a cada cristiano, en cualquier lugar y situación en que se encuentre, a renovar ahora mismo su encuentro personal con Jesucristo o, al menos, a tomar la decisión de dejarse encontrar por Él, de intentarlo cada día sin descanso. San Francisco no fue la excepción de esa vida jovial vana.

San Francisco inicia su proceso.

Francisco como todos los santos, tuvó su encuentro con Jesús, de otro modo no lo amara, porque… “no se puede amar lo que no se conoce”, Francisco llevo a sus hermanos franciscanos a encontrase con Jesús, no basta leer sobre Jesús para decir: “yo lo conoczco”, “hay que encontrase con él”, por tanto, el santo Francisco lo que facilitó fue que a través de él su congregación se encontrará con Jesús y la forma de reflejar el evangelio, fue mediante la forma de vida ya en la práctica.

El encuentro con Jesús cambia el universo de una persona, Francisco no esta al margen, la luz que destella Jn 1, 3 no puede ser apagada y brilló tanto en Francisco que era innevitable que no la viera, que no la sintiera, que no le alumbrase, como citan sus fuentes: ESPÍRITU DE PROFECÍA QUE TUVO SAN FRANCISCO , capítulo I:

27. Elevado, en cierto modo, sobre las realidades mundanas, el bienaventurado Padre había sometido con admirable eficacia las cosas de la tierra; y, teniendo puesta siempre la mirada de su entendimiento en la luz suprema, conocía por revelación no sólo lo que él había de hacer, sino que predecía muchos sucesos con espíritu de profecía, escudriñaba los secretos de los corazones, conocía las cosas lejanas, preveía y anunciaba de antemano el porvenir.

Francisco motiva al católico.

Con lo comentado, Francisco nos ubica en su realidad: “sí se puede cambiar de vida”, “se puede ir a Dios”, “no se pierde la gran cosa por entregarse a Dios”, ¿qué son las cosas materiales?, San Pablo llega a comentar: “que todo es basura con tal de ganar a Cristo”, es decir: “las cosas materiales causan una alegría efimera, mientras las cosas de Dios permanecen para siempre.”

Con estos pasajes pequeños de las fuentes de san Francisco, el beato motiva al católico a regresar a Dios, a considerar el bautismo, a la riqueza espiritual de la Iglesia y al llamado que todo católico tiene de ser “sal” para el mundo.

San Francisco en resumidas cuentas, nos impulsa a no creer que todo está perdido o que todo va bien o que no se sabe que hay después de la muerte. Francisco descubrió en la misma naturaleza a disfrutar lo que el Padre creó para el hombre, a ver con ternura y cariño a los hombres porque le reproducía la vida de nuestro Señor Jesús y se dejó envolver por los dones tan enormes que el Espíritu santo le fue dando a través de su vida, a ver en María auna madre al pendiente. Buen motivo para acercarse a Dios.

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