El cielo y el infierno realidades para el católico Lc 16, 22-26
Comentario al evangelio.
Reunidos en la santa eucaristía, escuchamos desde el ambón sacerdotal, como Jesús nos narra un acontecimiento de dos hombres que tienen diferentes condiciones de vida, los dos tienen el mismo fin en cuanto a morir, pero tienen un distinto lugar de destino, esto nos hace recordar la cultura que existe en el catolicismo de la existencia del cielo e infierno. Para comentar sobre este tema citamos todo en su contenido y posteriormente comentamos acerca de estos dos elementos fundamentales:
Lc 16:23 En el hades, en medio de los tormentos, levantó sus ojos y vio a Abraham desde lejos y a Lázaro en su seno.
Lc 16:24 Y, gritando, dijo: Padre Abraham, ten piedad de mí y envía a Lázaro para que, con la punta del dedo mojada en agua, refresque mi lengua, porque estoy atormentado en estas llamas.
Lc 16:25 Dijo Abraham: Hijo, acuérdate de que recibiste ya tus bienes en vida y Lázaro recibió males, y ahora él es aquí consolado y tú eres atormentado.
Lc 16:26 Además, entre nosotros y vosotros hay un gran abismo, de manera que los que quieran atravesar de aquí a vosotros, no pueden, ni tampoco pasar de ahí a nosotros.
Características:
Uno pobre – uno rico; uno enfermo – otro sano; uno banqueteaba – el otro pasaba hambre; uno vestía purpura y lino – otro andrajosamente andaba; Jesús contrasta que una está en casa y el otro junto a la puerta de esa casa deseando comer las migajas.
Tema central la riqueza y la piedad de asistir al pobre y que va mucho con los marginados de Dios; es un relato según de origen egipcio traído por judíos a Palestina de Alejandría, Jesús utiliza está parábola para contrastar dos realidades y que a la vez tienen distinto destino como las bienaventuranzas: dichoso del pobre, ¿cuál sería su recompensa?, lógico: “el reino de Dios”, aquí hay un trasfundo doctrinal como lo es el cielo y el infierno, un cielo donde intervienen los ángeles y un lugar de tormento donde existen llamas quemantes, pero lo que Jesús hace es visualizar que ese lugar no es el purgatorio, porque el purgatorio tiene comunicación con el cielo, mientras que estos dos cielo-infierno lo separa tajantemente un abismo y no puede salir de un lugar a otro: Lc 16:26 Además, entre nosotros y vosotros hay un gran abismo, de manera que los que quieran atravesar de aquí a vosotros, no pueden, ni tampoco pasar de ahí a nosotros.
El drama de sus vidas.
Jesús narra que los dos mueren, hoy todos sabemos que tarde o temprano tenemos que morir, el dinero no es el bastión de salvación, sabemos que no es cuestión de tiempo sino más bien, plan de Dios, no una resignación de aceptarlo si no que esta fuera de nuestro control humano la muerte: Lc 16:22 Sucedió, pues, que murió el pobre, y fue llevado por los ángeles al Seno de Abraham; y murió también el rico, y fue sepultado.”
Lc 16:23 En el hades, en medio de los tormentos, levantó sus ojos y vio a Abraham desde lejos y a Lázaro en su seno.
Es de notar que este evangelio de los años 80´s d.C, ya tiene una parte doctrinal de lo que creían los que seguían el cristianismo como es una vida después de la terrena, además de que había un lugar donde los justos iban llegando conocido como el “seno de Abrahán”, esto se sabe por mucha información extrabíblica que narran los rabinos, que Abrahán recibía a los que fueron justos y desde luego: “solo judíos”, tal es el caso del diálogo: Lc 16:24 Y, gritando, dijo: Padre Abraham, ten piedad de mí y envía a Lázaro para que, con la punta del dedo mojada en agua, refresque mi lengua, porque estoy atormentado en estas llamas.
Parece dramático como Jesús pone al pobre llamado Lázaro que es distinto al hermano de Marta y que es símil al nombre de Eleazar= Dios ayuda. El drama se centra al lugar donde es sepultado el rico famoso Epulón, en un lugar de sufrimiento Seol o hades donde las mismas tradiciones rabínicas hacían mención de ser un lugar próximo y que ha sido un pleito constante de que no era el infierno propiamente como lo conocemos, sin embargo la pregunta es obvia sí ellos mismos decían que era un lugar para los condenados: ¿para que es atormentado?, ¿es el purgatorio acaso?, ¿busca su perfección?, ¿cuál es el verdadero fin de su narración por Jesús? Y es que aunque se analice la expresión que pone Jesús, lo que busca Jesús es que “se actué rectamente”, no es Karma, sino un resultado justo: Lc 16:25 Dijo Abraham: Hijo, acuérdate de que recibiste ya tus bienes en vida y Lázaro recibió males, y ahora él es aquí consolado y tú eres atormentado.
El fin del contraste de Jesús para hacer reaccionar.
Podemos ir segmentando los fines:
1) Apurar la conversión.
2) Hacer uso correcto de las riquezas.
3) Asistir a los pobres como amor al prójimo.
4) Buscar la perfección en la justicia.
5) Esperar una siguiente vida después de la muerte.
6) La creencia del cielo e infierno.
7) Hace a un lado el escepticismo y la incredulidad letales para ignorar la enseñanza de Jesús.
Cuantificando podemos resumir la gran enseñanza motivante que nos lanza actuar a los católicos y cristianos, a usar de manera justa la riqueza monetaria, nunca olvidar a los pobres de Dios, ni mucho menos a los hermanos más pequeños y débiles. El catolicismo es un cristianismo que mueve a una conversión, necesariamente el resultado en Cf. 16, 25 se tiene que analizar al creer, imagine una pregunta básica: ¿Qué pensaron tantos ante la resurrección de Cristo? Es que, en el fondo, no es cuestión de enseñanzas vanas, sino de la recta actitud moral para actuar ante el triunfo al resucitar de Jesús, ¿cree en este llamado a la conversión?, ya que creamos o no nosotros expresamos que hay cielo e infierno.