Billete Celador –Un Mensaje para Ti Guardia de Honor-
Uno Solo…
Parroquia de San Pío X
…el Padre, que me las ha dado, es más grande que todos, y nadie puede arrebatar nada de la mano de mi Padre.
Yo y el Padre somos uno.”
Juan 10, 29-30
San Agustín: Yo y el Padre somos una sola cosa: Jesús les dice claramente que es el Hijo de Dios, por consiguiente el Cristo, según habían preguntado, pero en lugar de creer intentan apedrearlo.
El orgullo y la incredulidad ciegan y deforman la mente a tal grado de confundir la mente. El mejor camino es confiar en las palabras del Señor.
Cristo, proclamaba abiertamente ser el Hijo de Dios. Yo he salido de Dios y vengo de Dios. Yo no estoy solo, sino que el Padre que me ha enviado está conmigo. Si me conocieras a mi conoceríais también a mi Padre. Quien me ve a mi ve al Padre y nadie va al Padre sino es por mí. Porque todo lo que tiene el Padre, mío es… por decir esto, morirá en la Cruz.
Jesucristo, es el buen Pastor, que da la vida por nosotros, él se dirige a Dios con la confianza de un niño a su Padre, con la seguridad de ser escuchado. Cristo, nos enseña la forma en que nos podemos dirigir a Dios ¡como un Padre que nos ama y que siempre está al pendiente de sus hijos muy amados! Así habla Jesucristo, con tal sinceridad y ternura porque el mismo se siente amado por el Padre Celestial, ese amor quiere trasmitirlo a todos sus hermanos. Cristo, es Hijo amadísimo de Dios, uno igual al Padre, uno mismo con el Padre, por eso siente la confianza de llamarle, Papá. Cristo, es Dios en persona, es por esto que habla con tal autoridad que incomoda, cuestiona el actuar y vivir…
Cristo, nos ha demostrado de diversas maneras su Divinidad, hasta la naturaleza, el mar, el viento, la enfermedad, la muerte…al sonar de su voz reconoce su realeza y su poder. Su eterno e inmenso Amor conmueven su Divino Corazón en la larga espera de ser correspondido. Muchos de los suyos son seducidos por los bienes de la tierra la riqueza, el poder, el placer… estos rechazan toda enseñanza por vivir en libertad total sin saber que se precipitan al abismo de la muerte eterna, nadie se los quita de los brazos, del cobijo del buen Pastor, ellos mismos con plena libertad le abandonan, por vivir una vida de derroche, libertinaje, placeres, egoísmo, soberbia… Cristo, sigue rodeado de multitudes, su fuerza y amor son irresistibles para muchos, el hombre se maravilla del poder de Dios, pero, no le obedecen ¡Cristo, sigue incomprendido por los suyo!
Mamita María, tu eres Madre de la Misericordia mira con ojos de bondad a todos tus hijos que descarriados vamos hacia la perdición y enséñanos a hacer siempre la Voluntad de Dios por muy dolorosa y difícil que esta sea, ruega por nosotros Santa Madre de Dios y de toda la humanidad.
Por todos los Obispos de CEPS, CEM que Dios los ilumine y ayude en todas sus necesidades