El Papa Francisco punta de lanza para erradicar el abuso sexual a menores.
Nos llenamos de gusto por el encuentro mundial para la protección a menores en la Iglesia que acaba de concluir, un acontecimiento que tiene que dar un giro en la acción y erradicación de este mal desbastador; años, años y años de dolor, sufrimiento, abuso, violencia, silencio, ataques y la humanidad tratando de verlo como algo natural de la conducta desviada de individuos, dejando a millones de víctimas que hoy tienen que enfrentar esa realidad, la misma Iglesia acepta su responsabilidad en los casos de pederastia que lamentablemente sacerdotes y consagrados de “Dios”, cometieron contra menores, echando abajo la moral de la Iglesia, por tan grave delito contra los menores, tanto física, espiritual y psícologicamente.
El Papa Francisco convocando a los obispos, tenía que afrontar este “terrible pecado”, así como los laicos que trabajamos sirviendo a la Iglesia lo detestamos y rechazamos, no podemos pasar por alto este delito, aun siendo cometido por uno de nuestros queridos sacerdotes, este, tiene que ser “castigado”, deseamos no tomen “el castigado” como dureza, ¡es un crimen!, todo atento contra esa inocencia corpórea y espiritual cambiará definitivamente, marcados para toda su vida y citamos una parte de esa reflexión que respalda nuestras palabras:
Entre los obispos, palabras fuertes resonaron: “romper los muros del silencio”, “no más víctimas de abusos”, “no tiene que importar el dinero, lo importante es recuperar a la persona”, hay que “quitar las máscaras”, “el clericalismo nos llevó a creernos por encima de la ley”, hay que “erradicar la cultura del abuso”.
Muchos medios y personas anti-cristianos e incluso anti-Dios, mofándose de la perdida de la “moral” de la Iglesia, se dedicó a escribir y exprimir este aberrante abuso, “las víctimas poco importaban”, lo importante era acabar con la Iglesia y la religión, sus caricaturas burlescas, sus titulares, exhibiendo al sacerdote devorando a un pequeño, supuestamente denunciaban ese abuso de pederastia, pero se olvidaban de que ellos mismos no denunciaron a los pederastas universales que no eran sacerdotes y que esos medios tienen gente pederasta dentro de su aparato, siendo estos medios como nosotros mismos: cómplices de tan abominable mal.
Protección Menores: no más excusas, actuar evangélicamente Lc 6. 38.
Este fue el texto de un encabezado de ese encuentro mundial para la protección de menores. Tiene razón el Papa, no se puede dejar pasar más tiempo, la Iglesia está en un proceso de purificación, donde el bien es bien y el mal es mal, la piedad, el amor, la misericordia, deben de ser herramientas para dirigir al pueblo, no para solaparlo, vuelvo a insistir, no lo tome como crueldad “solaparlo”, el cristiano es un testigo de Cristo, no “testigo mundano” que hay que celebrarle todos sus pecados no exigiéndose conversión. El Papa Francisco es punta de lanza porque tiene el carácter para que la Iglesia concientice su realidad, Dios suscita a su Vicario en determinado tiempo, eso nos queda claro a los laicos que participamos en la Iglesia, el Papa Benedicto XVI, fue un instrumento para recuperar la palabra de Dios y la doctrina, hoy el Papa Francisco es punta de lanza para esos cambios que la Iglesia tiene que dar para estar ante la problemática d este mundo que se desquebraja en el individualismo acrónico, que nace y se pierde buscando trascender.
El Papa Francisco dejo claro: “Tomar todas las medidas para que no se repita el crimen de los abusos”. Como la laicos seguramente todos comulgamos con él. Un defensor de la vida sacerdotal casi excusando el crimen en la Iglesia, decía que se debía a que los sacerdotes no estaban casados, en pocas palabras: “les faltaba mujer”, la pedofilia y la pederastia son males que casados o no casados, no lo podemos entender, pero al hombre le encanta, no podemos seguir con “excusas”, el Papa desea de todo corazón que la Iglesia sea: “creíble, fiable y segura”, ¿usted no lo desea así?
Purificación del bien y el mal.
Muchas ocasiones el sacerdote tuvo que hacer una ampliación de su horizonte tratando de entender más al fiel en cuanto a su conducta y su forma no solo de confesión sino exponencial, el cambio de un examen de conciencia por el de argumentos excusatorios, obligó varias veces a casi aprobar ciertas conductas de los fieles, perdiéndose la dimensión del valor del pecado. Esto busca la Iglesia que se dé un giro de 180 grados. En el juicio, en el criterio, en el discernimiento y en la acción, el bien tiene que ser a “secas” ¡bien!, en el caso del mal, lo mismo, a secas: ¡mal!, para ello, tenemos que volver a aprender a través del evangelio, de la doctrina de los santos, de María santísima, etc.
El pueblo tiene que recuperar la verdadera dimensión del pecado, porque el pueblo a tolerado y aceptado más pecados, llegando a confundir el bien con el mal.
En conclusiones:
-Todos sin excusa debemos entrar a derribar esa cultura de abuso contra los menores.
-Tenemos como laicos y sacerdotes fortalecer la moral, la ética y la doctrina social de la Iglesia.
-La ayuda de la ciencia es vital para encausar esa conducta que tiende a desviarse.
-Con la convivencia de los sacerdotes, tenemos que ser muy cuidadosos, nuestra forma de vestir hay que cuidarla.
-Poner a disposición talleres de sanación.
-Difusión del trabajo de la Iglesia sobre estos temas escabrosos.Deseamos desde el punto laico, que todo empiece a moverse para echar abajo esa cultura tan dañina de ese abuso depredador de almas. Todo esto va a permitir, que nuestra Iglesia de testimonio de Jesús y guiados por el Espíritu santo volver a tener confianza en la Iglesia y estamos seguros que el Papa es punta de lanza porque no tiene miedo a sacudir estructuras que obstruyen el desarrollo de la Iglesia, de la humanidad.