Una fe viva y trinitaria Mt 28, 16-20.
Comentario al evangelio.
Nuestra santa eucaristía se viste de manteles largo por la celebración de la solemnidad maravillosa de la santísima Trinidad o como se diría: el misterio de la santísima Trinidad. Dentro de nuestra celebración eucarística proclamaremos “nuestro credo” y se detalla a cada persona de la santísima Trinidad, con un mismo valor, adoración, gloria. Al pronunciar las palabras al momento de la consagración del cuerpo y sangre de Cristo diremos: “Señor mío y Dios mío”, ¡estamos hincados ante él!, postrados y hoy el santo evangelio describe esa fe de nuestros primeros hermanos, disfrutemos este solemne momento y acompañaremos el texto posteriormente con un comentario:
En aquel tiempo, los once discípulos se fueron a Galilea, al monte que Jesús les había indicado. Al verlo, ellos se postraron, pero algunos vacilaban. Acercándose a ellos, Jesús les dijo: «Se me ha dado pleno poder en el cielo y en la tierra. Id y haced discípulos de todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; y enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado. Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.»
Podemos enfocar en tres partes nuestro comentario, dada la importancia que implica cada acción, dejando en nosotros orientaciones valiosas sobre los puntos que más impacten nuestra vida: (1) La postración; (2) La autoridad de Jesús; (3) La tarea a realizar.
1.- La postración.
Es un tema que debemos de poner atención y preguntarnos como católicos: ¿Qué tanto respeto a Jesús?, esa palabra: “Postración” indica un profundísimo respeto, una aceptación de un acatamiento, es una profunda reverencia de deseos del alma de mostrar su credibilidad a él. Cada fiel al celebrar la santa eucaristía se postra, hay unos que por su propia dificultad física se quedan de pie (rodillas, muy anciano u otra dificultad), sin embargo, hay unos que irreverentemente se quedan de pie, ¿serán acaso esos que dudan?, ¿será Tomás? Este tema es importante ya que nuestros jóvenes necesitan respuesta de fe, ¿papá y mamá se postra ante Jesús?; ese primer acto de respeto puede abrir la puerta a la fe del joven o cerrarla definitivamente, ¿o son los que tienen miedo de ensuciar su pantalón o vestido?
Postrarse es un reconocimiento de mi inferioridad humana ante la superioridad de Dios, es como sí usted contrastara el poder de Dios contra el podemos de los demonios. Jesús ahí de pie provoca dos tipos de reacción: “postración y duda”, sería casi inaceptable que dudarán los discípulos, por ello se cree que no solamente fueron los once a la montaña señalada, al verlos salir, siguieron al grupo otros discípulos y quizá a esos se refiera de la duda, pero no vamos más lejos, recuerda que al sonar las campanillas de que Jesús pasaba cuerpo de Cristo muchísima gente se hincaba, ponía una rodilla al piso, se postraba, ¿hoy lo ve igual en los fieles siquiera?
2.- La autoridad de Jesús.
Parece que Jesús adivina las líneas o dudas del corazón para postrarse o creerle, sus palabras parecen dar respuesta del porque lo tenemos que adorar, ese cantico donde se le canta “es a él a quien vengo adorar”, el rey de reyes Señor de Señores, tres veces santo. Jesús disipa las dudas y hace ver su autoridad: “Se me ha dado pleno poder en el cielo y en la tierra”. He ahí donde entra la santísima Trinidad: tiene el mismo poder que el Padre, tiene la misma dignidad, tiene el mismo grado de glorificación y tiene el mismo grado de única adoración, quizá un testigo de Jehová replique, tal vez un judío grite blasfemia, pero un católico, ¡nunca lo puede hacer!, porque entiende como Dios actúa en sus tres personas. La autoridad que tiene Jesús es la misma que tiene el Padre y el Espíritu santo, con su profunda acción individual y a la vez trinitaria.
Por esa razón se postran, lo adoran y le obedecen, solo se hace para fingir o que Dios vaya a castigarlo por no adorarlo, sino más bien la relación tan estrecha que se va dando con Dios con cada fiel, de manera personal.
3.- La tarea a realizar.
Muchos católicos llegamos a pensar que la Iglesia inventa una enorme cantidad de obligaciones para el fiel, sin embargo, Jesús es específico y diluye cualquier duda: Id y haced discípulos de todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; y enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado.
Podemos identificar 3 acciones que tenemos que realizar los católicos:
a)-Dar a conocer a Cristo para que nadie se prive de la salvación.
b)-Bautizar y hacer cristianos (católicos).
c)-Enseñar la doctrina.
Esto es lo que hace la Iglesia, ese es su papel y labor o lo que llamamos evangelizar, no es capricho, de ninguna manera es inventado, es bíblico y es tarea de cada bautizado.
Conclusiones.
Disfrutar más nuestra fe conociéndola, penetrando en su doctrina y tarea se le toma más sabor, hoy Jesús nos invita a postrarnos y creer en lo que nos manda, él quiere establecer el reino de Dios en nosotros, para ello se necesita ese acatamiento y sobre esa interacción que suscita siempre la renovación de la y adhesión a su Iglesia.
Papa, mamá y padrinos enseñemos el misterio de la santísima Trinidad para que la relación con Dios sea vigorosa y enraíce su cariño con nosotros y nosotros con ella.