Salmo 50, 3-6. Viernes 16 de Febrero de 2018.
“A UN CORAZÓN CONTRITO, SEÑOR, NO LO DESPRECIAS”.
Por tu inmensa compasión y misericordia, Señor, apiádate de mí y olvida mis ofensas. Lávame bien de todos mis delitos y purifícame de mis pecados. R/.
Puesto que reconozco mis culpas, tengo siempre presentes mis pecados. Contra ti solo pequé, Señor, haciendo lo que a tus ojos era malo. R/.
Tú, Señor, no te complaces en los sacrificios y si te ofreciera un holocausto, no te agradaría. Un corazón contrito te presento, y a un corazón contrito, tú nunca lo desprecias.
Se toma como guía el misal Católico: Asamblea Eucarística. México.