Amigos del Sagrado Corazón de Jesús
Santa Gertrudis la Grande
Precursora de la Devoción al Sagrado Corazón de Jesús
(1256-1302) Virgen
Cuando Gertrudis tenía cinco años, sus padres la llevaron al Monasterio de Helfta de la Orden Cisterciense, en Sajona. Allí la Madre Abadesa, Matilde, cuido con gran esmero el talento desbordante de la joven, quien desde pequeña domino el latín y con verdadera pasión, se dedico a las artes y las ciencias. Cierto día cuando ya había cumplido 25 años de edad, durante sus largas horas de vigilia, sintió una rara sensación de intranquilidad, una sed insaciable de anhelos insatisfechos. Durante varios meses el Señor la dejo en ese estado de temerosa incertidumbre, para que se liberara de todo deseo de honores mundanos.
El año 1281, en la víspera de la fiesta de la Anunciación se le apareció Cristo y le dijo; “¿Por qué estas triste? ¿Acaso no tienes a quien acudir? Hasta hora has comido el polvo de mis enemigos y has buscado la miel entre las espinas. Vuelve conmigo, te acogeré y te embriagare con el torrente de las delicias divinas” desde ese momento Gertrudis quedo libre de la vanidad del saber. Volvió a las fuentes de la vida de la gracia, a la meditación y a los rezos. En lugar de los clásicos latinos, la santa Biblia se convirtió para ella en “miel para la boca, sonido de órgano para el oído y jubilo espiritual para el corazón.
Es así como la Devoción al Sagrado Corazón de Jesús en la Edad Media dio sus primeros y más bellos retoños en el jardín del Monasterio de Helfta. Su corazón era como cera en la que Jesús imprimía su sello y la huella de sus cinco llagas. Escribió sus revelaciones y su trato con este Corazón de Amor.
Según sus propias palabras, durante 40 años su vida fue “un canal por el que Dios enviaba sus gracias a los hombres”. Esta era la base de su alegría.
En el invierno de 1302 entro en la unión definitiva con el Señor.
La Iglesia ha conservado parte de su precioso tesoro místico en las invocaciones de las letanías del Sagrado Corazón de Jesús.