Día de todos los santos, ¿cercano o lejano?
Nuestra fe.
Cada día del calendario tiene una celebración, hay conmemoraciones religiosas y hay conmemoraciones que las quieren instituir hasta mundialmente, por ejemplo: día de la mujer, día de los derechos humanos, día de la familia, etc.; dentro de cada país, hasta el día de los servidores del estado están incluidos, pero hoy hablamos de todos los santos, sabemos que es religiosamente católico, pero el católico profundiza su fe al escuchar esto.
San Pablo se dirigía a las comunidades como santos: 1 Cor 1, 1-2 Pablo, llamado por voluntad de Dios a ser apóstol de Cristo Jesús, y el hermano Sóstenes, a la Iglesia de Dios de Corinto, a los consagrados a Cristo Jesús “con una vocación santa”, y a todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de Jesucristo, Señor de ellos y nuestro. Observe: vocación santa, parece que al pasar el tiempo, muchas familias hemos olvidado enseñar a nuestros hijos la santidad, a perseguirla y a vivirla, queremos muchos conocimientos académicos para asegurar su porvenir, da la impresión que hablar de santidad es algo irrealizable, pero, Pablo insiste: Rm 1:7 A todos los que Dios amó y llamó a ser santos, que se encuentran en Roma: Gracia y paz a ustedes de parte de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.
Recuerdos de los santos.
Recuerdo que en la casa mi madre y mi padre, tenían fotografías o imágenes de santos, la cabeza con una aureola que los iluminaba y veía el rostro en paz, recuerdo que había una que me impresionaba, “San Sebastián” con gran cantidad de flechas clavadas en el cuerpo, pero, con un rostro de paz y una que me preguntaba: ¿qué se sentiría tener en los brazos al niño Jesús? Como San Antonio de Padua, al menos así estaba retratado.
Un día en la santa misa, oí a un padre muy viejito decir: “Hijos, la santidad no es difícil, lo difícil es cambiar la vida para ser santo” y ese día escuche la frase del evangelio donde Jesús recomendaba a un joven que sí quería ser perfecto: vendiera todo, lo diera a los pobres y lo siguiera, ese padrecito agregó: sean perfectos como su Padre celestial lo es”, ¿perfecto?, a santo, no ha de haber diferencia.
Porque perder la ilusión de ser santo.
Leyendo la vida de Charles de Foucauld, la de Yermo y Parres, así como la de Juan Crisóstomo quedé sorprendido de como Jesús los había tomado y había hecho en ellos algo extraordinario y luego la película de Martín de Porres y la del Padre Pío, quedé fascinado, tenía razón San Pablo, quién es tomado o consagrado a Jesús tienen una transformación única, como la de San Pablo, pero nuestro Señor es tremendo, cuando a ese hombre de baja estatura Zaqueo, lo aceptó en su casa e inmediatamente Jesús dijo: “la salvación ha llegado a esta casa”.
Cuando uno es joven, llega a ser hasta rebelde con todo lo que se nos quiere imponer, queremos una total libertad, aunque todavía no seamos capaces de ejercer esa libertad, autonomía, cuando uno se enamora no hay otro pensamiento que el de la chica, pero hay restos de esa santidad e incluso ser capaces de ir a San Juan de los Lagos, confesarse, hacer las paces con quien hay un mal entendido o hasta pensar en el matrimonio religioso, ¿por qué será que se ve tan lejos la santidad?, ¿saben?, hasta que regresé a la Iglesia volví a pensar en ser santo, claro, vi otro panorama de la santidad.
Una causa lógica.
Es ingenuo querer tapar el sol con un dedo, nos alejamos de la santidad cuando nos alejamos de la Iglesia, cuando nos alejamos de Jesús, cuando nos alejamos del evangelio, cuando el mundo es nuestro parámetro, cuando hemos establecido nuestras propias reglas.
Mire, fuera de la Iglesia no había orado por mis hijos por su santidad, fuera de la Iglesia no pensaba en conversión, lejos de Jesús, las corrientes filosóficas eran la guía o maestros de la universidad etc.; cuando establecí mis reglas fueron en base a criterios, moral, formación ética escasa, académica.
Religiosamente solo me preparaba para la ocasión, primera común, confirmación, matrimonio, nada de profundización, pero ahora, constantemente escucho santidad, por ello se es más fácil acercarse a la santidad.
Enemigo de la santidad.
El peor enemigo de la santidad es el hombre que juega a ser dios, vive como quiere vivir, actúa como le pega la gana, hace lo que le satisface, dice lo que se le viene a la mente y por desgracia todo lo ve como parte de su papel de dios, los últimos estudios en el país le dicen la realidad del hombre dios, 18 mil gentes muertas en forma violenta, diario se roban 500 autos, hay denunciados 68 mil robos a casa-habitación, cada vez ve más divorcios, más infidelidad, abortos, una sexualidad desviada, amor por el dinero, vicios a granel, desprecio a la vida, amor a la violencia, un gobierno corrupto y servidores voraces e insaciables, ser santo se aleja de estos hombres y mujeres.
Amigo de la santidad.
Todo lo contrario de lo anterior, hacer las cosas con amor y fe, buscando la verdad, llegan a la santidad estás virtudes, cuando una ama de casa guisa con amor y fe, da un paso a la santidad, cuando ama a su esposo y pone su interés en su familia, mira a los demás con amor y fe, dio más pasos a la santidad, respetar la dignidad de los demás, buscar la justicia, la lealtad, muy cerca de la santidad, sí, el amigo es el amor y la fe, eso genera una enorme esperanza aunque todo sea favor de Dios, que él pone lo restante.
El anhelo y conclusión.
Querido hermano, ojala en su diario vivir, de repente llegue a usted moción de santidad, ojala y la vida de todos los santos lo impulse a creer en una vida recta, justa, amorosa, una profunda relación con Dios en fe. Querido amigo, quizá la santidad no le parezca como su anhelo personal, pero le aseguro que le puede dar sentido a su vida y una corrección de dirección donde apunta a Jesús a la santidad.
No sería problema vivir como santos sino hubiéramos dejado de pensar, actuar, vivir en santidad, sería como parte de una vida diaria, pero se ama mpás lo que cuesta conseguir con esfuerzo y dedicación, no buscamos nichos, buscamos a Dios, buscamos la vida santa con Jesús, amigo pruebe un día tratando de vivir como santo, muy probablemente tenga la mejor experiencia o el ataque más cruel del enemigo, pero eso le probara que algo lo alejó de esa santidad y sea entonces más sencillo querer vivir en santidad, estará más cerca.