“HASTA QUISIERA VERME SEPARADO DE CRISTO, SI ESTO FUERA PARA BIEN DE MIS HERMANOS”
Hermanos; quiero hablarles en Cristo; todo será verdad y no miento, tal como mi conciencia me lo atestigua en el Espíritu Santo.
Siento una tristeza muy grande y una pena continua,
hasta el punto que desearía ser rechazado y alejado de Cristo en lugar de mis hermanos; me refiero a los de mi raza.
Ellos son los israelitas, a quienes Dios adoptó; entre ellos descansa su gloria con las alianzas, el don de la Ley, el culto y las promesas de Dios.
Suyos son los grandes antepasados, y Cristo es uno de ellos según la carne, el que como Dios está también por encima de todo. ¡Bendito sea por todos los siglos! Amén.
Biblia Latinoamericana / se toma como guía el misal Católico. Asamblea Eucarística. México.