Un pentecostés que se escapa para las jóvenes generaciones.

Un pentecostés que se escapa para las jóvenes generaciones.

Un pentecostés que se escapa para las jóvenes generaciones.

Temas del Espíritu santo.



Ante una asistencia de 250 fieles se celebró la vigilia de pentecostés. A las 8.00 pm inició la santa eucaristía (misa), al terminar, Jesús sacramentado llegó maravillosamente para ser adorado y a las 9.30 pm, da comienzo con las lecturas alegóricas a la gran fiesta de pentecostés y posteriormente se dan a conocer el significado de los dones del Espíritu santo y la fiesta comenzó con oraciones e imposición de manos por parte de los sacerdotes.

La oración de adoración y para pedir la efusión del Espíritu santo, así como sus dones, fue llena de unción, la sagrada escritura no miente y atestigua lo que vivieron en las pequeñas comunidades la joven Iglesia cristiana y desde hace 2000 años la Iglesia católica vive esta experiencia extraordinaria.

Efectos y signos.

Que de raro sería que se experimentará paz, calor confortable, alegría, llanto, tener visiones, de repente alguien hablar una lengua, cánticos, profecía etc.; sentir como un éxtasis se recorre el cuerpo, dones de entendimiento, cántico inspirado, repudio del pecado, conversión, ¿por qué no se debería de dar?, es el mismo Espíritu santo aunque los agentes seamos otros y en otro espacio, tiempo.
Los signos, el derramamiento de los dones parten de lo sencillo pero profundo actuar del paráclito, quien no se mide para darse, no guarda recelo, por el alejamiento a él.

Jóvenes privados.

Da pena ver que muchos católicos en el papel de papá y mamá no sabe lo que es está fiesta, y por ente, a los hijos les privan de este gran momento y de la presencia del Espíritu santo en sus vidas. Es sorprendente como gente que estudia sagrada escritura no haya celebrado una fiesta de pentecostés, ¿no querrán desvelarse?, ¿no querrán salir de solo la misa?
El problema radica que el promedio de edad de los que asisten son de 40 a 50 años, pero… ¿los niños y los jóvenes?, ahora, sí se agregan parroquias a está fiesta, la realizan bien desabrida, pues, colabora con una asistencia pobre a este gran momento.

Lo preocupante.

¿Qué pasa con lo referente al sacramento de la confirmación?, ¿en qué queda la función del Espíritu santo?, ¿qué lugar ocupa la narración del primer pentecostés?, es algo que preocupa porque entonces: ¿qué puede importarle a un católico?, ¿cómo fomentar la confirmación con la celebración de pentecostés?

Siendo testigo.

En una parroquia aproximadamente asistieron 40 jovencitos, la oración y la imposición de manos por parte de los sacerdotes empezó y con ello los signos y manifestaciones aparecieron, de repente un descanso en el espíritu, luego, una dama llore y llore, otro hablando raramente, los jóvenes no entendían, pero los que guiaban la oración hacían notar las manifestaciones del espíritu, pero… paso uno de ellos y algo sucedió, empezó como a bailar muy contento, la novia de él caía en descanso y los jóvenes estaban asustados, uno rejego, decía que era histeria colectiva pero cayó hincado levantando las manos al santísimo, 1 hora en tal posición, ¿por qué comentar esto?, pues es lo que hace el espíritu santo, pero las generaciones jóvenes se han privado de ello.

Lo extraordinario lo referimos a continuación: un madre de una chica que participó nos habló, preguntó que se le había dado a su hija que estaba tan mansa y cariñosa, creía en su juicio que les podía ayudar a unos sobrinos tremendos, la respuesta fue: “se le puso en contacto con Jesús y el espíritu santo la lleno toda”, la madre no en tendía y quería mandar a los sobrinos allí, a la parroquia.

Recuerdo que en la celebración eucarística al presentarse Jesús eucaristía para ser adorado en la fiesta de pentecostés del año pasado, una ama de casa cayó en descanso en el espíritu, estaba alrededor de mucha gente que criticaba todo ese tipo de manifestaciones, pero lo alarmante fue que esas mujeres dijeron: “se desmayó”, la ama de casa, en santa paz, con sus manos como si estuviera orando, no experimentaba ritus, solo tranquilidad y tendida en el suelo, les dijimos a las damas alarmadas: “tranquilas es un descanso en el espíritu”, pero, aceleradamente se acercaba un hombre de unos 65 años diciendo que él era médico, una de esas damas alarmadas fue a decir del “desmayo”, casi me quería quitar de en medio y al no poderlo hacer me dijo: “soy médico”, le conteste, gracias por su noble intención, pero, no lo necesita, casi a la fuerza quería ver a la ama de casa, me acerque al médico y le pregunté: ¿cree en el poder de Dios?, él contestó: si claro y le dije: ella no está desmayada, tuvo un descanso en el Espíritu santo”, casi se jalaba el poco pelo que tenía, el hombre exigió al cura le dieran permiso para revisar a la mujer: ritmo cariaco excelente, presión magnífica, pulsaciones vitales, bien, un poco frío su cuerpo, respiración tranquila y de pronto abre los ojos, ve al médico, y se empieza a incorporar la mujer, le ayuda el médico y otra más, se sienta la dama, el médico le pregunta: ¿Ésta bien?, ella contesta: si, el vuelve a preguntar: ¿qué le pasó?, ella sonrió y le responde: vi como una luz muy intensa que salía de Jesús sacramentado, se vino sobre mí y entro hasta mi corazón y entre a un lugar especial, los oía a todos, pero, me sentía tan bien, contenta, algo estaba que me hacía tan feliz y comencé a decir. “Jesús te amo” y de repente se levanta la mujer y empieza a gritarle te amo Jesús, y predicar ante todos, ¡fue increíble! y el médico incluso tenía la boca abierta, al final pensó que estaba loca la mujer, quizá era una fanática y le pregunte yo: ¿por qué no se queda a la vigilia de pentecostés?, el médico contestó: no me gusta eso y le refuté: ¿tiene miedo? Y el hombre se fue con toda su ciencia y vieja edad sin saber lo que hace el espíritu santo.

Conclusiones.

Hay tanta necesidad de Dios, pero existe una ignorancia de la vida católica que las jóvenes generaciones, ¡no disfrutan!, el papel de una madre, un papá es participar en la liturgia de la Iglesia, concientizar los sacramentos participando en ellos, acudir a los oficios del tiempo ordinario y fuerte. Deje que sus hijos se formen, exija con su ejemplo, no los mande participe y Dios que es bueno no dejará sin privarlos de sus dones y amor. Se puede evitar que los jóvenes se pierdan de tanto cariño de Dios y de que pentecostés se pierda de las vidas de las jóvenes generaciones.

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