¡Si no te hicieras como niño pequeñito, no entraras en el Reino de los Cielos…!
A imitación de un niño, que ni prevé, ni calcula nada, dejándolo todo al cuidado de su tierna madre, debes abandonarte y perderte en la dulce Providencia de Nuestro Señor, contentándote con amar mucho, obedecer con sencillez y caminar sin temor. ¡Por mas escabroso que sea el camino, no temas porque Jesús te llevara entre sus brazos…¡Mas para conseguir esto es menester que hagas un estudio particular para permanecer pequeños… por medio de la sencillez, obediencia y abandono!