Billete Celador –Un Mensaje para Ti Guardia de Honor-
La Escritura, arde de amor…
Parroquia de San Pío X
Ellos le rogaron insistentemente: “Quédate con nosotros, porque atardece y el día ya ha declinado.” Entró, pues, y se quedo con ellos. Sentado a la mesa con ellos, tomo el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo iba dando. Entonces se les abrieron los ojos y le reconocieron, pero Él desapareció de su vista. Se dijeron uno a otro: “¿No estaba ardiendo nuestro corazón dentro de nosotros cuando nos hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras?”
Lucas 24, 29- 32
San Gregorio: ¿No ardía nuestro corazón?… notemos cómo las palabras del Salvador inflamaban a aquellos dos discípulos. Cuando la divina palabra se hace oír, el corazón se inflama, y el alma siente como una santa inquietud por el vehemente deseo de las cosas celestiales.
La Sagrada Escritura hace arder el corazón del discípulo que con fe escucha.
Estos dos hombres volvían a casa y a su trabajo, habían perdido las esperanzas… ¡Cristo, ya no estaba! Esta es la misma situación que vivimos hoy en día, después de la resurrección, Cristo no puede ser visto con los ojos del cuerpo, ha pasado de este mundo al de su Padre, este mundo escapa a nuestros sentidos. Para poder mirarlo y reconocerlo presente y actuando en nosotros y en nuestro alrededor es necesario reconocerlo con la fe. ¡Cristo vive!
¡Jesucristo, ha resucitado! ¡Porque su Corazón es misericordioso, sale a nuestro encuentro! ¡Él, ve nuestro penar! Sus palabras reflejan todas las ilusiones de un Dios amor hacia nosotros ¡Somos amados por Él, desde toda la eternidad! Jesucristo, el Hijo de Dios, con su pasión, muerte y resurrección da plenitud a este amor ¡Dios no tiene límites! Su amor se manifiesta a cada instante en la vida del hombre, en su hacer y quehacer diario ¡formamos parte de su vida intima! No estamos solos en las dificultades… Solo el discípulo es capaz de reconocerlo en su palabra, en sus gestos, en sus obras… es cuestión de la convivencia diaria, de identificarse con Él ¡Cristo no abandona a sus amigos! Dios nos abre a la verdad, se dirige a nosotros en el Espíritu que esta mucho más allá de la razón ¡Cómo nos ama! El encuentro de los discípulos de Emaús con Jesucristo, termina siendo una celebración Eucarística ¡Un Encuentro con el Señor! ¡En la Palabra eterna de Dios, podemos palpar, sentir, tocar, escuchar a Jesucristo! Su palabra hace arder nuestro corazón, en deseos de recibirlo en el Tesoro, Remedio infalible de todo mal, Consuelo del que sufre, Presencia real y verdadera en nuestras vidas… Jesucristo hecho Pan, enamorado fiel ¡en la Eucaristía! ¡Cuanto tuvo que padecer para quedarse con nosotros! ¡Cuánto le hemos costado! ¡Por su Amor, que es eterno, es que vive entre nosotros y por nosotros! amor que supo darse por el bien de sus hermanos ¡Cuánto sufrimiento hay en el mundo! Tristeza, dolor, soledad… desesperanza y desanimo! El hombre se está acostumbrando a ser rechazado, marginado… por eso el mundo ha cerrado los ojos al Señor, Cristo necesita manos, pies… que se solidaricen con el que no le conoce, sufre por sentirse solo, con los que han perdido el deseo de vivir por falta de amor… Cristo no rechaza, juzga… ¡Solo ama! ¡Busquémoslo con mayor frecuencia!
Mamita María, tu eres Madre de los pecadores enséñanos a crecer en la fe y en el amor, intercede por nosotros para que cada vez que recibamos la Eucaristía descubramos su amor que se da y se entrega por nosotros y así correspondamos siendo pan que lucha y se entrega por el necesitado.
Intención del Santo Papa Francisco: Universal: por los jóvenes, para que sepan responder con generosidad a su propia vocación; considerando seriamente también la posibilidad de consagrarse al Señor en el sacerdocio o en la vida consagrada.
Por todos los Obispos de CEPS, Dios los ayude en todas sus necesidades.
Oremos por todas las necesidades de nuestra Iglesia en especial por: santo Papa Francisco, Papa Emérito Benedicto XVI, Cardenal Norberto Rivera Carrera, Arz. Alfonso Cortes Contreras, Arz. Emérito José Guadalupe Martin Rabago, Obispo Juan Pallares, P: Eduardo Contreras, P. Juan Rodríguez Alba, P. Mario García, P. Juan Manuel Fernández, P. Silverio Chávez Ayala, P. Carlos Valadez, P. Andrés García, P. Hugo Pérez Flores, Hugo Landeros, P. Antonio Borja, todos sacerdotes y obispo del mundo.
Celadores del Santísimo Sacramento y Guardias de Honor del Sagrado Corazón de Jesús.
Por la salud y fortaleza de nuestro querido Obispo Emérito Juan Frausto Pallares, P. Hugo Pérez Flores, P. Lucio Pérez, Juan Manuel Fernández, y todos los sacerdotes enfermos.
Por todos los enfermos del mundo en especial por: Dr. Ramón González, Juan Ernesto Sánchez (grave) Don Rogelio Ramírez, Chávelo Rodríguez, José Haro, José Prado, Verónica Márquez (grave) Mary Gutiérrez, Aurora Dorantes Sánchez (grave) Aurora de Prado, Vicky Vera, Ma. De Jesús Torres (grave) Rosy Núñez Merino (ojos) Petrita Núñez Merino, Verónica Manrique, Aurora de Gallardo
Por la conversión de los pecadores
Por todos los que odian a Jesucristo presente en la Eucaristía y han cometido sacrilegios.
Por todos los que no creen y reciben cotidianamente el santísimo Sacramento sin fe y amor.
Por las personas que reciben la Eucaristía en pecado mortal para que nuestro Señor los ilumine y tengan conciencia.
Por todos los cristianos que viven alejados de la fuente de la Misericordia.
Por los servidores que tratan los objetos sagrados y la Eucaristía con tanta indiferencia que ofenden a nuestro Señor.
Por todos los agonizantes para que nuestro Padre Santísimo tenga misericordia y permita que no mueran sin el perdón de sus pecados y sin recibir el Viatico.
Por todos nuestros fieles difuntos en especial por: sacerdotes, Andrea Martínez González, María Reyes, José Guadalupe Mtz. Guardias de Honor del Sagrado Corazón de Jesús y todas las almas del Purgatorio.