MARTES SANTO.
“EN TÍ, SEÑOR, HE PUESTO MI ESPERANZA”.
En ti, Señor, confío, que no quede decepcionado.
En tu justicia tú querrás defenderme, inclina a mí tu oído y sálvame.
Sé para mí una roca de refugio, una ciudad fortificada en que me salve, pues tú eres mi roca, mi fortaleza.
Líbrame, oh Dios, de la mano del impío, de las garras del malvado y del violento,
pues tú eres, Señor, mi esperanza, y en ti he confiado desde mi juventud.
En ti me apoyé desde mis primeros pasos, tú me atrajiste desde el seno de mi madre, y para ti va siempre mi alabanza.
Mi boca contará tus obras justas y tu salvación a lo largo del día, pues son más de lo que podría decir.
Oh Dios, me has enseñado desde joven, y hasta ahora anuncié tus maravillas;”
Biblia Latinoamericana / se toma como guía el misal Católico: Asamblea Eucarística. México.