Historias posibles: a punto de caer en la tentación Mt 4, 1-11.
Historias posibles.
El joven Andrés vive momentos muy difíciles en su vida, un accidente automovilístico los ha dejado huérfanos a él y a su hermana Lety. A sus 22 años, Andrés ve como su hermana Lety ha caído en una terrible depresión, le echa la culpa constantemente a Dios, desea morir y no quiere que le hablen de cosas de Dios, metida en su cuarto pasa las horas, no ha ido a la escuela, a los 19 años Lety se consume en rencor y odio. Algunos parientes les han ofrecido ayuda e incluso les han sugerido llevarlos con ellos a vivir, pero Andrés se niega, la situación de su hermana le hace entender que no es conveniente, el problema es que el dinero empieza a hacer falta y aunque sus parientes les dieron algo de dinero, sus padres no dejaron más que la casa donde ellos viven.
Se levanta una gran tentación.
La luz, el agua, el teléfono, la escuela, predial y otros gastos hacen más sofocante la situación que vive. Una tarde, un tío llego a visitarlos, es un tío que no tiene buena reputación, se dice entre el populacho que es un distribuidor importante de drogas y actividades ilícitas contra la sociedad, el tío le propone darle trabajo, le dice que es muy bien remunerado, con lo que ganaría terminaría la escuela y llevaría a su hermana Lety a que la trataran, Andrés se queda pensando mientras el tío va a ver a Lety, la cual le abre la puerta, el tío le da el pésame y le pone en la mano dinero para que compre medicinas, una importante cantidad.
El tío regresa con Andrés y le dice, mira hijo: ya no necesitas ir a la escuela, conozco al director de la universidad y te dará el título sin ir, por ahí me debe unos favores, en cuanto a lo que dije, tómalo en serio, eres joven e inteligente, te pondré al frente de un negocio que tengo, el tío le dio un abrazo y se retiró.
Andrés se quedo pensando, ¡no hay dinero!, me falta un año para terminar la carrera, tendré que abandonar, viene la inscripción a la universidad y me da vergüenza ir a pedir prestado con alguna tía, en eso vio a Lety bajar por las escaleras, vestía para salir y le dijo: en un rato vengo, Andrés le preguntó: ¿a dónde vas?, ella le responde voy al centro a distraerme, Andrés le dijo: ¡cuídate!; en la cabeza de Andrés resonaban las palabras de su tío, estaba tentado a decirle que si, en eso tocaron el timbre de la casa y Andrés fue a abrir la puerta, al abrirla se encontró con un rostro sonriente, era su mejor amigo que andaba fuera de la ciudad, lo abrazo y lloró en el hombro de su amigo, el amigo con cariño lo invitó a sentarse y Andrés comenzó a contar todo e incluso la propuesta del tío, Felipe, era el nombre de su amigo y este le animo a seguir adelante, que era una forma de honrar a sus padres y le pregunto a Andrés: ¿tienes biblia?, Andrés le dijo: la de mi mamá, Felipe le vuelve a decir: préstamela, Andrés se mete a la habitación que había sido de sus padres y le extiende la mano con la biblia, Felipe abre la biblia y le cita: Mt 4, 1-11, al final le dice. Lo que tú tío te ofrece aparentemente te va a dar tantos beneficios, vas a vivir otra vida, quizá vivas en abundancia, pero al final el resultado va a ser negativo, el camino fácil es rápido en aparentes resultados, pero… quizá te hagas drogadicto, tal vez hagas daño a gente, probablemente llegues a matar, en eso tocaron nuevamente a la puerta, Andrés le dijo a Felipe: permíteme, al abrir la puerta, estaba otro joven sonriente, era Alberto su primo, hijo del tío Abel que le había ofrecido el trabajo, Alberto saluda a Andrés y le dice: mi papá te manda este auto para que te muevas, Lety iba llegando a la vez, venía con varios paquetes, como sí hubiera ido de compras, le extraño a Andrés, al menos que ella hubiera tenido guardado un fondo, no dice nada Andrés y Alberto le deja las llaves del auto, Andrés está confundido.
Cuando Alberto se retira, Andrés vuelve con Felipe, Felipe le ve en una mano las llaves del auto y le asevera: ¿te das cuentas?, ahora es un auto, mañana dinero, quizá chicas, poder etc.; Felipe Abraza a Andrés y se retira diciendo: Dios no te va a abandonar, no sin antes dejarle algo de dinero, el cual lo quiere rechazar Andrés, pero Felipe le cuestiona: es bien habido, tiene una noble intención y es resultado del cariño que te tengo, le puntualiza Felipe: no lo rechaces. Andrés sube con su hermana Lety y le pregunta: ¿estás bien?, ella contesta: oh si claro, pasa, Andrés abre la puerta, una gran cantidad de cosas había sobre la cama y Andrés tiene que preguntarle: ¿de dónde sacaste para comprar todo esto?, Lety sonriendo le contesta: mi tío Abel me dio dinero, Andrés se rasca la cabeza, pero esto es mucho para que compraras tanto, ella jubilosa le mostro otro tanto de dinero, Andrés se retira todavía más contrariado.
Dinero fácil.
Él no había tenido tal cantidad de dinero reunida como la que le mostro Lety, “el tío había comprado a Lety”, ¿cuál fue su objetivo?, no lo sabe. A la mañana siguiente, se vio en la tentación de llevarse el auto a la universidad, luchando, resistiendo a la tentación, mejor se encamino a la casa del tío al cual no lo encuentra pero encontró a su tía y le dice: tía le dejo las llaves del auto, no vaya ser que le pase algo, ella con una carcajada le responde: sí te lo presto, pues allá él, pero Andrés le dio las llaves y tomo un taxi para la universidad. Después de clases, una chica rubia se acercó a Andrés, le dio un beso en la mejilla y le dice, ¿me invitas un refresco?, a Andrés le causa curiosidad, nunca había tenido tal atención para Andrés, se rumoraba de ella que era muy interesada y la chica entre sonrisa y sonrisa le pregunta a Andrés: ¿tienes tiempo para vernos por la tarde?, la rubia tiene un buen parecer y Andrés le responde: si claro, ¿a qué hora y donde nos vemos?, ella, le contesta: yo te busco a las 6.00 de la tarde.
Andrés se está arreglando, toma dinero que Felipe le había dejado, una amiga de Lety estaba con ella, cuando Mayra se despide de Lety, le pide a Andrés que salga un momentito, él accede, Mayra le extiende la mano y le toma la mano a Andrés, le pone un rollito de billetes y le dice: mi papá, mi mamá y yo te lo ofrecemos, sabes cuánto los queremos, no digas que no y sin decir más se retira, apenas le pudo gritar Andrés: ¡gracias! Y en eso voltea Andrés, la rubia despampanante se acerca a él, con una sonrisa amplia, le da un beso, vestida provocativamente ella le pregunta: ¿a dónde me vas a llevar?, y lo toma del guante, Andrés para un taxi, guarda el pequeño rollito de billetes que Mayra le había dado, suben al taxi y le pide le lleve a un prestigiado café, ahí empieza la conversación, las mirada varoniles se fijan en las piernas de la rubia, otros más miran su escote, Andrés no lo puede creer, parece estar viviendo un sueño con esa mujer a su mesa, sutilmente le pregunta la rubia: oye, ¿qué vas a trabajar con Alberto tú primo?, eso me dijo Alberto, a Andrés le extraño la pregunta pero le contesta: mi tío me ofreció trabajar con él, lo estoy pensando, ella le dice: es muy buena oferta, dicen que paga muy bien tú tío, me extraño que me trajeras en taxi porque según Alberto ya te habían dejado un auto ayer, él sonrió y ella se le acercó y con voz muy suave le dice: vamos a un lugar más íntimo, Andrés parecía que se volvía loco en su interior, el hecho de estar con este tipo de mujer le estremecía, estaba a punto de decir: ¡al diablo con ser tan escrupuloso!, ¡al diablo con lo bueno y lo malo!, con esa rubia valía la pena perderse, en eso suena su celular, es Lety: oye te busca un licenciado, le urge verte, aquí está en la casa, el mira a la rubia y ve entrar a su primo Alberto, el primo le saluda y le pregunta a Andrés: ¿ya se conocen?, ella le dice que si, Andrés le dice a la rubia: tengo que ir a un asunto y le pregunta: ¿vienes conmigo?, la rubia le contesta: no te preocupes yo me quedo con tú primo, tú arregla tú asunto.
La intervención de Dios.
Andrés ésta muy desconcertado, parece que a Bety le daba lo mismo estar con él o su primo, al llegar a su casa, el licenciado Vera se presenta y le hace saber que la abuela de su mamá, les invita a irse a la ciudad de Monterrey, ya que hay un testamento que quiere se enteren de él. Hace los arreglos para ir los dos a Monterrey y el licenciado Vera los acompaña. A su llegada la abuela los recibe jubilosa, se respira un ambiente muy familiar que tenían rato no respiraban; hay gente en la casa, son testigos que ha invitado la abuela y hay un notario, el cual va a dar fe del testamento de ella: al morir mi hija se tenía destinada una herencia, la cual al faltar ella, ahora la entrego a sus hijos, lo que mi hija iba a heredar, ahora se los heredo a ellos, la herencia será administrada conforme al buen principio, evitando caer en tentación de derroche, la entrego en vida esperando sea para su bien, quedando hasta los 25 años como su administrador el licenciado Vera, que se encargará de que se cumplan unos requisitos ya muy propios de Andrés y Leticia.
A solas, Andrés y Leticia no podían creerlo, Andrés le dice a su hermana: ¿sabes?, estaba a punto de decirle a mi tío Abel que trabajaría para él, me vi tentado, movido por la situación económica, el verte en depresión, tú sabes que vende droga, Lety abre los ojos y le interrumpe a su hermano: ¡no lo sabía!, y yo acepte su dinero, pensé que lo hizo por ayudarme, Andrés se ve en la tentación de avivar el fuego, sin embargo, respira y le contesta: yo creo que sí te los dio de buen corazón, ella solo pronuncia: ¡qué vergüenza!, Andrés le cortó el comentario diciendo: “no te preocupes”, yo ayer estaba a punto de acostarme con Bety, era una tentación irresistible, Lety comenta: por Dios, todo mundo sabe que le encanta la buena vida y es interesada, Andrés prosigue: ahora veo que su interés por mí no era noble, quizá mi primo Alberto la envío para que asegurará que trabajará con ellos porque se quedó en un café con él, yo estaba con ellos cuando me hablaste para lo del licenciado.
El licenciado Vera afina los requisitos que hay que cumplir para disponer de la herencia conforme a la voluntad de la abuela, por lo pronto tiene que estar en Monterrey y piensan quién les puede cuidar la casa y llegan a un acuerdo: “Felipe”, Andrés le habla y le hace saber su decisión, Felipe rentaba y le agradece su delicadeza, pero Andrés le asevera que él le agradece por el consejo y por mostrar que las tentaciones al caer en ellas le generan aparente bien pero después son dañinas para el que cae y se imaginaba de pareja de Bety, ¡que tormento!, o la iba usar y a desechar, solo Dios, por su parte, Lety hablo a su amiga Mayra para que viniera con ella a trabajar en el negocio que iban a emprender, le invitó a que terminaran la carrera en Monterrey, a lo cual Mayra aceptó.
Al poco tiempo, Alberto fue detenido con 100 kilos de hierba y fue recluido en la cárcel, su tío Abel se tuvo que fugar hacía otro país para no ser encarcelado, Bety se quedo sin nada y anduvo rodando de un lugar a otro, al final Dios intervino, quien cayó en la tentación y no se levantó ahí se quedo, para los jóvenes ha sido toda una enseñanza y ahora Lety se ha hecho una bienhechora de la Iglesia y Andrés se ha casado con Mayra, Dios interviene en quien resiste las tentaciones y lo asiste cuando su lucha parece desigual, sí alguna vez cae Dios lo levantará.