“CONDENEMOS AL JUSTO A UNA MUERTE IGNOMINIOSA”.
Partiendo de falsos razonamientos sacan estas conclusiones:
Hagamos la guerra al que nos reprende porque violamos la Ley; nos recuerda cómo fuimos educados y nos echa en cara nuestra conducta.
Pretende conocer a Dios y se proclama hijo del Señor.
No hace más que contradecir nuestras ideas, y su sola presencia nos cae pesada.
Lleva una vida distinta a la de todos y es rara su conducta.
Nos considera unos degenerados, creería mancharse si actuara como nosotros. Habla de una felicidad para los justos al final y se vanagloría de tener a Dios por padre.
Veamos, pues, si lo que dice es verdad y hagamos la prueba: ¿cómo se librará?
Si el justo es hijo de Dios, Dios lo ayudará y lo librará de sus adversarios.
Sometámoslo a humillaciones y a torturas, veamos cómo las acepta, probemos su paciencia.
Luego, condenémoslo a una muerte infame pues, según él, alguien intenvendrá.
Así, es como razonan, pero están equivocados. Su maldad los enceguece,
de tal manera que no conocen los secretos de Dios. No esperan la recompensa de una vida santa, ni creen que las almas puras tendrán su paga.
PALABRA DE DIOS.- TE ALABAMOS, SEÑOR.
Biblia Latinoamericana / se toma como guía el misal Católico: Asamblea Eucarística. México.