Al abrir los ojos, adoremos profundamente al Señor, demos gracias por tantos favores recibidos y ofrezcamos el nuevo día.
Por la señal de la Santa Cruz…
Señor, Dios omnipotente, que nos has hecho llegar al principio de este día, sálvanos hoy por tu poder, para que en este día no caigamos, en ningún pecado, sino que todas nuestras palabras, pensamientos y obras vayan dirigidas al cumplimiento de tu ley. Por nuestro Señor Jesucristo, vuestro Hijo, que, como Dios, vive y reina contigo, en la unidad con el Espíritu Santo por todos los siglos de los siglos.