“EL SEÑOR, PRESTA OÍDO A MI CLAMOR”.
Señor, mi Dios, te clamo a ti de día, y de noche me quejo en tu presencia.
Que hasta ti llegue mi oración, presta atención a mi clamor.
Pues de pruebas mi alma está saturada y mi vida está al borde del abismo.
Me cuentan entre los que bajan a la fosa, soy un hombre acabado,
que ya tiene su cama entre los muertos, parecido a los cuerpos tirados en la tumba, de los cuales ya no te acuerdas, y que se han sustraído de tu mano.
Me arrojaste a las cavernas inferiores, a las tinieblas, a los abismos;”
tu cólera ha pesado sobre mí y me han arrollado todas tus olas.
Biblia Latinoamericana / se toma como guía el misal Católico: Asamblea Eucarística. México.