Para ser amigo de Dios con “San Francisco de Sales”
Meditación “Elección que hace el alma, de la vida devota”
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Preparación
Ponte en la presencia de Dios
Humíllate ante su faz y pídele su ayuda.
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consideraciones:
Imagina otra vez, que estás en una llanura desierta, con tu buen ángel:
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A tu mano izquierda ves al diablo con muchos espíritus infernales cerca de él, y a su alrededor, una gran multitud de mundanos. Todos lo reconocen y le hacen reverencia. Mira la actitud de todos los cortesanos infortunados de este abominable rey: unos encendidos de enojo, envidia y cólera; otros que se matan; otros tristes, pensativos y ensimismados en adquirir riquezas; otros, sólo atentos a la vanidad, sin ningún gozo que no sea inútil y vano; otros, vanidad, malolientes y podridos en sus brutales pasiones.
¿No ves cómo, todos estos, están sin reposo, sin orden y sin concierto?
Mira como se menosprecien uno a otros, no se aman sino con falsos semblantes.
En fin, verás una miserable republica tiranizada por este rey maldito, y de tal forma, que te moverá a compasión.
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A tu lado derecho ves a Jesucristo crucificado, que con un amor de corazón, ruega por estos pobres endemoniados para que salgan de esta tiranía, llamándolos a sí.
Mira una gran multitud de devotos que están alrededor de Él con sus ángeles; contempla:
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La hermosura de ese reino de Devoción
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Cuán agradable es la vista de esta multitud de vírgenes, hombres y mujeres, más blancos que la flor de lis
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Esta junta de viudas, llenas de una sagrada mortificación y humildad
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Mira la sociedad de muchas mujeres casadas, que viven juntas, con tanta suavidad y con un reciproco espíritu, que no puede sr sino con una caridad muy grande, mira como estas almas devotas mantienen el cuidado de su casa exterior con el cuidado de la interior, el amor del marido con aquel del esposo celeste.
Mira todo en general. Los verás a todos en una santa, dulce y amigable continencia y cómo todos están oyendo a Nuestro Señor, deseando imprimirle en medio de sus corazones.
Se alegran, pero con una alegría graciosa, caritativa y bien rendida; se aman, pero con un amor sagrado y purísimo. Los que tienen sus deseos en este pueblo devoto, no se atormentan mucho ni pierden punto. En fin, mira los ojos del Salvador que los consuela. Y mira que, todos juntos, aspiran a Él.
Bien, tú has dejado a Satanás con su triste y desventurada tropa, por medio de los buenos deseos que has concebido, y con todo, no has llegado aún al rey Jesús, ni te has juntado a su dichosa y santa sociedad de devotos; por el contrario, siempre has estado entre los unos y los otros.
La Santa Virgen con San José, San Francisco, San Luis y otros mil que están en el escuadrón de los que han vivido en el mundo, te convidan y animan.
El Rey crucificado te llama por tu propio nombre:
Ven; ¡mi Bien amada! Ven para que yo te corone.
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Afectos y compromisos – Elección
¡Oh mundo abominable! Nunca más me veras seguir tu bandera. Ya te he dejado para siempre tus vanidades y locuras ¡Oh rey de orgullo, rey de desventuras, espíritu infernal! Yo te renuncio con todas tus vanas pompas y te detesto con todas tus obras.
Y convirtiéndome a Ti, mi dulce Jesús, rey de bienaventuranza y de gloria eterna, yo te adoro con todo mi corazón, y te escojo, ahora y para siempre, por mi rey y por mi único príncipe. Ofreciéndote mi inviolable fidelidad y haciéndote un irrevocable homenaje, me sujeto, Señor a la obediencia de tus santas leyes y preceptos.
¡Oh Virgen Santa, amada Señora mía! Yo te escojo por i guía y me pongo debajo de tu estandarte, ofreciéndote un particular respeto y una especial reverencia.
¡Oh santo ángel! Guíame a esta santa asamblea y no me desampares hasta que llegue con esta dichosa compañía, con la cual digo y diré para siempre, en testimonio de mi elección:
¡Viva Jesús, Viva Jesús!