Santa María Reina de los Apóstoles.
“YO JUZGARÉ A CADA UNO SEGÚN SU PROCEDER”.
Me fue dirigida esta palabra de Yavé:
¿Por qué al hablar de Israel repiten este proverbio: Los padres comieron uvas verdes y los hijos tienen dentera?
Yo juro, dice Yavé, que ese proverbio no tendrá más valor en Israel.
Porque todas las vidas me pertenecen, tanto la vida del hijo como la del padre, y el que peca, ése morirá.
Sea un hombre justo que practica el derecho y la justicia;”
no come la carne no desangrada, no vuelve sus ojos hacia los sucios ídolos de la casa de Israel,
no ensucia a la mujer de su prójimo ni se acerca a una mujer durante su regla; no oprime a nadie,
devuelve la garantía al que le debía, no comete robos, da su pan al que tiene hambre y le pone ropa al que está desnudo; no presta su dinero con interés, no cobra comisiones, aparta su mano de la injusticia, juzga conforme a la verdad cualquier problema entre un hombre y su prójimo;”
sigue mis mandamientos, observa mis leyes y actúa en todo con fidelidad. Ese hombre es justo y vivirá, palabra de Yavé.
Pero ocurre que ese hombre tiene un hijo violento, que derrama sangre y comete esas faltas
presta su dinero con interés y cobra comisiones. ¿Después de todo eso, vivirá? Ciertamente que no. Si cometió todos esos crímenes, debe morir: él será responsable de su muerte.
Juzgaré a cada uno de ustedes de acuerdo a su comportamiento, gente de Israel, dice Yavé. Corríjanse y renuncien a todas sus infidelidades, a no ser que quieran pagar el precio de sus injusticias.
Lancen lejos de ustedes todas las infidelidades que cometieron, háganse un corazón nuevo y un espíritu nuevo; ¿o es que quieren morir, gente de Israel?”
A mí no me gusta la muerte de nadie, palabra de Yavé; conviértanse y vivirán.
PALABRA DE DIOS.- TE ALABAMOS, SEÑOR.
Biblia Latinoamericana / se toma como guía el misal Católico: Asamblea Eucarística. México.