Para ser amigo de Dios con “San Francisco de Sales”
La primera purificación: Pecados Mortales
El medio para hacerlo es a través del Sacramento de la Penitencia. Buscaras, a un confesor.
¿Cómo ayudar al examen de conciencia? Preparándose para una buena confesión, desde que se tiene uso de razón hasta el día presente. Si no te fías de tu memoria, escribe lo que hayas encontrado.
Una vez reunidos y preparados, por este medio, los humores pecantes de tu conciencia, los detestaras y abominaras, mediante una contrición y desplacer tan grandes como tu corazón puede sufrir. Lo conseguirás reflexionando sobre estas cuatro cosas:
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Por el pecado perdiste la gracia de Dios.
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Perdiste el derecho al Paraíso
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Recibiste y aceptaste las penas eternas del infierno
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Renunciaste a la visión y el amor eterno.
Comprenderás, que hablo de una confesión general de toda la vida la que, también te confieso, no es absolutamente necesaria siempre; pero también considero te será de gran utilidad en este principio; por eso te la aconsejo encarecidamente.
Faltas en la Confesión
Sucede muchas veces que las confesiones ordinarias de los que tienen vida común y vulgar, están llenas de grandes faltas porque:
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De ordinario no se preparan o lo hace muy poco.
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No tienen la contrición necesaria
Y así muchas veces se van a confesar con una tacita voluntad de volver al pecado, porque no quieren evitar la ocasión de volver a él, ni hacer los propósitos necesarios a la enmienda de la vida. En todos estos casos la confesión es muy necesaria para asegurar el alma.
Otros beneficios de la Confesión general:
Aparte de lo dicho anteriormente, la confesión general:
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Nos llama al conocimiento de nosotros mismos.
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Nos hace admirar la misericordia de Dios que nos espero durante tanto tiempo.
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Devuelve la paz a los corazones
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Alegra nuestros espíritus
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Hace brotar buenos propósitos en nosotros
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Brinda ocasión, a nuestro confesor de avivar nuestro corazón
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Nos abre el corazón para que con más confianza nos manifestemos en las confesiones siguientes.