Billete Celador –Un Mensaje para Ti Guardia de Honor-
La higuera estéril…
Parroquia de San Pío X
Les dijo esta parábola: “Un hombre tenía plantada una higuera en su viña, fue a buscar fruto en ella y no lo encontró. Dijo entonces al viñador: ‘Ya hace tres años que vengo a buscar fruto en esta higuera y no lo encuentro. Córtala, ¿Para qué ha de ocupar el terreno estérilmente?’ pero él le respondió: ‘Señor, déjala por este año todavía y mientras tanto cavaré a su alrededor y echaré abono, por si da fruto en adelante, y si no da, la cortas.”
Lucas 9, 6-9
San Gregorio: considera cómo nosotros somos plantados por Dios. El nos planta cuando nos da el alma dotada de inteligencia y de arbitrio; nos planta cuando nos injerta a su Hijo en el bautismo que ilumina y fecunda. Cultivador amoroso, soporta la esterilidad de los años pueriles, juveniles y acaso también seniles; pero cuando el hombre no sólo no produce frutos útiles sino que produce abrojos y espinas, entonces corta el árbol y lo arroja. Resultan oportunas las palabras de Pablo a los hebreos: ‘Porque la tierra que a menudo absorbe la lluvia que caía sobre ella y produce frutos de bendición para el que la cultiva, recibirá las bendiciones de Dios; pero la que produce espinas y abrojos es reprobada y está próxima a ser maldita, y su fin será el fuego’ ¡solemnes y terribles palabras que todo cristiano debe meditar!
¡Cuántas gracias hemos recibido del Señor! ¿Cómo hemos correspondido?
Dios es el Sembrador. Ha sembrado en todo hombre la semilla de la vida. Semilla que germina y sobreabunda de gracia, dotada con todo lo necesario para dar fruto. El problema es el terreno en el que cae, su fruto dependerá de la tierra. Como toda semilla necesita de agua para germinar: Sacramentos, oración, Palabra de Dios, cruz. Sin agua, la tierra permanece estéril, en un desierto “los arbustos dan fruto que no maduran”. Sin Dios que es la única roca fiel, el hombre no puede dar fruto, “Sus racimos son venenosos”, solo cuando ora, alaba, bendice…dará frutos. El árbol plantado al borde del agua produce frutos dulces, agradables a Dios. Si el agua depende de Dios, la elección y el cuidado del terreno están confiados al hombre “El grano sembrado en las espinas no llega a la madurez y produce más o menos fruto”. El crecimiento no depende del hombre, sin duda hay que fatigarse en cultivar sabiduría y en la espera paciente del fruto. Dios escudriña las entrañas y los corazones del hombre, juzga a su viña por los frutos que lleva. ¡Dios es quien da la gracia!
Cristo resucito para que fructifiquemos para Dios.
Un gran peligro existe para el hombre: la ilusión de jactarse de vivir como hijos de Dios y no dar frutos buenos. Jesús proclama: “Por el fruto se conoce el árbol” nos revela tras la corteza farisaica una salvia maligna, nos enseña a distinguir entre los falsos profetas” Por sus frutos los conoceréis ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los abrojos? Así pues, hay cierta ambigüedad en el corazón del hombre que puede fructificar para la muerte cuando debiera fructificar para la vida. Cristo ha quitado esta ambigüedad. Vivió la ley de la fructificación: “Si el trigo que cae en la tierra no muere, se queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto, acepto la hora del sacrificio y fue glorificado por el Padre. “Yo soy la verdadera Vid, y mi Padre es el Viñador. Todo sarmiento que en mi no lleve fruto, lo cortará” para fructificar hay que permanecer en la vid, es decir, ser fiel a Cristo. La unión con Jesucristo debe ser fecunda, generosa, supone continua purificación del discípulo y con paciencia llegara a la plenitud de la madurez, el fruto de justicia que llevamos de Jesucristo es para gloria y alabanza de Dios. El fruto del Espíritu llevado por la savia de Cristo: no es múltiple, pero se multiplica es la “caridad” que florece en toda clase de virtudes. El amor no es solo un fruto dulce al paladar de la esposa; es el mismo amado que encuentra en el huerto gustar de sus frutos deliciosos. Dios sigue llamando sin cesar a dar fruto no importa la edad nunca es tarde para dar fruto. Al llamar Dios, da también la forma de responder.
La vida en el Espíritu, vida cristiana, se nota por los frutos de vida en Cristo y en su Espíritu. Los frutos orientan la vida: instalarse en el amor, reaccionar amando, siembran paz, concordia, unidad… esta postura se puede palpar en nuestro trato diario.
Madre Santísima, en nuestra fragilidad y debilidades hemos perdido en varias ocasiones las oportunidades de dar frutos de comprensión, de amor…hemos perdido la vigilancia en nosotros mismos e indiferentes a los signos de los tiempos que nos muestran la Voluntad de Dios, Madre, intercede por tus hijos, enséñanos a amar y amando a corresponder a su Amor.
Intención para el mes de Enero del Santo Padre Francisco: El respeto a la creación. Para que cuidemos de la creación, recibida como un don gratuito que hay que cultivar y proteger para las generaciones futuras.
Por la salud del Santo Papa Francisco.
Oremos por todas las necesidades de nuestra Iglesia en especial por: santo Papa Francisco, Papa Emérito Benedicto XVI, Arz. Alfonso Cortes Contreras, Arz. Emérito José Guadalupe Martin Rabago, Obispo Juan Pallares, por todos los Obispos y sacerdotes del mundo en especial por: P: Eduardo Contreras, P. Juan Rodríguez Alba, P. Mario García, P. Juan Manuel Fernández, P. Silverio Chávez Ayala, P. Rafael, P. Martin Tafolla, P. Jorge Claudio, P. Hugo Landeros, P. Arturo Pérez Márquez, P. Antonio Borja, P. Arturo Espinoza Rico, P. Jorge Avalos, P. Chuy Salazar, P. Carlos Muñoz F., P. Chuy Reyes, P. José López, P. Valentín Garibay, P. Joel Padrón González, P. Juan María Huerta Muro, P. Roberto Velázquez, P. Cástulo Zavala, P. Eduardo Córdova, Párroco Tomas M. Zielinski, P. Juan Desiderio Espinoza, P. Miguel Domínguez, P. Leo Patlán, P. Emmanuel Ayala, Arz. Ulises por todos los seminaristas en especial por Francisco Idalino Servin Medina, Diego Antonio Álvarez Ibarra, Alfredo Moreno, Miguel Ángel Arellano del Río, Víctor Hugo Arellano por todas las órdenes religiosas, vocaciones sacerdotales, Misioneros, Diáconos, todas las autoridades eclesiales, Ministros Extraordinarios de la Sagrada Comunión, todos los Ministerios en especial Catequesis infantil, Familia, Comunidades, Epso Caritas, Evangelización, Liturgia, Música, Ministerio de Jóvenes, Pastoral de la Salud, Visitan la Cárcel, Niños de María y todos los Servidores de la Iglesia.