“DIOS LE DARÁ EL TRONO DE SU PODER A DAVID”.
Señor, tenle en cuenta a David su total disponibilidad,
cuando hizo un juramento al Señor, una promesa al Fuerte de Jacob:
No entraré en la tienda, que es mi casa, ni me tenderé en el lecho donde descanso,
no concederé el sueño a mis ojos ni descanso a mis párpados
hasta que halle un lugar para el Señor, una morada para el Fuerte de Jacob”.
El Señor se lo juró a David, verdad de la que no se desdecirá: “Del fruto de tus entrañas pondré a alguien en tu trono.
Si tus hijos guardaren mi alianza y mis testimonios que les he enseñado, también sus hijos para siempre se sentarán en tu trono”.
Y el Señor escogió a Sión, quiso que fuera su residencia:
Aquí está mi descanso para siempre, en ella moraré, pues yo lo quise.
Biblia Latinoamericana / se toma como guía el misal Católico: Asamblea Eucarística. México.