Pequeña Novena en honor de San Francisco de Sales
Obispo y Doctor de la Iglesia. Día 8
Viva + Jesús
Acto de Contrición
Prosternado con el corazón y con el alma delante del trono de la justicia divina, yo me reconozco, declaro y confieso como convicto y confeso del crimen de lesa-Majestad divina, y culpable de la muerte y pasión de Nuestro Señor Jesucristo, por razón de los pecados que he cometido: más acogiéndome luego al trono de la infinita misericordia de ese mismo Dios eterno, después de detestar con todo mi corazón y con todas mis fuerza, las iniquidades de mi vida pasada, yo pido y solicito humildemente gracia, perdón y merced, con entera remisión de mis pecados, en virtud de la muerte y pasión de ese mismo Señor y Redentor de mi alma, en el cual me apoyo, como el único fundamento de mi esperanza, y resuelvo irrevocablemente, dándole, dedicándole y consagrándole a ese fin, mi espíritu con todas sus facultades, mi alma con todas sus potencias, mi corazón con todos sus afectos, mi cuerpo con todos sus sentidos; prometiendo a su Divina Majestad, serle siempre criatura leal, obediente y fiel, sin apartarme nunca de esta resolución. ¡O amar ó morir! ¡Morir y amar! Morir para todo otro amor, y vivir para el de Jesús, a fin de no morir eternamente, sino que viviendo en vuestro amor eterno, oh Salvador de nuestras almas, cantemos eternamente: ¡Viva Jesús! yo amo a Jesús ¡Viva Jesús a quien amo! Yo amo a Jesús, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Amén.
(Este acto de Contrición esta, tomado textualmente de las obras de S. Francisco de Sales)
Día 8
Oración
¡Salve, glorioso Francisco de Sales! Nosotros te reverenciamos como imagen viva y retrato admirable de Nuestro Señor Jesucristo, por la práctica de todas las virtudes, y especialmente por la mansedumbre y dulzura. Dígnate, como te lo suplicamos, alcanzar a todos los cristianos, y muy particular a tus devotos, la mansedumbre y humildad de corazón, tan necesarias para encontrar el descanso de nuestras almas.
Amén.
Petición
Padre Nuestro… Ave María… Gloria…
Máxima del Santo
Frecuentemente deja de hacerse el bien, por quererlo hacer prontamente muy bien.