Devoción al Sagrado Corazón de Jesús
Para todos los días del mes. Día 23. Jesús, demuestra que si tiene poder para perdonar pecados.
En nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
Acto de Contrición
Misericordia, Señor, hemos pecado. Por tu inmensa compasión borra nuestras culpas. Contra Ti, contra Ti sólo pecamos. Cometimos las maldades que Tú aborreces. Aparta de nuestros pecados tu vista. Borra de nuestras almas toda culpa. Oh Dios crea en cada uno un corazón puro, y no alejes de nosotros tu Santo Espíritu. Como se aleja el Oriente del Occidente, así tú alejas nuestros pecados. Tú perdonas nuestras faltas. Eres compasivo y misericordioso, lento a la ira y rico en clemencia. No nos tratas como merecen nuestros pecados ni nos castigas como lo exigen nuestras culpas. Como se eleva el cielo sobre la tierra, así se eleva tu bondad sobre nosotros. Como un padre siente ternura por sus hijos, así Tú, oh Dios, sientes compasión por tus servidores. Sabes de qué estamos hechos y recuerdas que somos barro. Tu misericordia, Señor, dura por siempre. Recuerda Señor que tu ternura y tu misericordia son eternas: no te acuerdes de nuestros pecados ni de las maldades de nuestra vida pasada. Acuérdate de nosotros con misericordia, por tu bondad, Señor. Por el honor de tu Nombre perdona nuestras culpas que son muchas. Te lo suplicamos en el nombre de Jesucristo tu Hijo nuestro Señor, quien contigo y el Espíritu Santo vive y reina por los siglos de los siglos.
Amén.
Acto de Consagración
Dulcísimo Jesús, Redentor del género humano; míranos humildemente postrados ante tu altar. Tuyos somos y tuyos queremos ser; y, para que podamos hoy unirnos más íntimamente contigo, cada uno de nosotros se consagra espontáneamente a tu Sagrado Corazón.
Es verdad que muchos jamás te conocieron, que muchos te abandonaron después de haber despreciado tus mandamientos; ten misericordia de uno y de otros, benignamente Jesús, y atráelos a todos a tu Santísimo Corazón.
Reina, Señor, no solamente sobre los fieles que jamás se apartaron de ti, sino también sobre los hijos pródigos que te abandonaron, y haz que estos prontamente regresen a la casa paterna, para que no perezcan de hambre y de miseria.
Reina sobre aquellos a quienes traen engañados las falsas doctrinas o se hallan divididos por la discordia, y vuélvelos al puerto de la bondad y a la unidad de la fe, para que en breve no haya sino un solo redil y un solo Pastor.
Concede, Señor, a tu Iglesia, segura y completa libertad; otorga la paz a las naciones y haz que del uno al otro polo de la tierra resuene esta sola voz: Alabado sea el Divino Corazón, por quien nos vino la salud: a Él sea la gloria y el honor por los siglos de los siglos. Amén.
Padrenuestro… Avemaría… Gloria al Padre…
Día 23
Jesús, demuestra que si tiene poder para perdonar pecados.
Lectura del santo Evangelio según san Marcos 2, 1-12
Entró de nuevo en Cafarnaún; al poco tiempo había corrido la voz que estaba en casa. Se agolparon tantos que ni siquiera ante la puerta había ya sitio, y él les anunciaba la palabra. Y les vienen a traer a un paralitico llevado entre cuatro. Al no poder presentárselo a causa de la multitud, abrieron el techo encima de donde él estaba y, a través de la abertura que hicieron, descolgaron la camilla donde yacía el paralitico. Viendo Jesús la fe de ellos, dice al paralitico: “Hijo, tus pecados te son perdonados.” Estaban allí sentados algunos escribas que pensaban en sus corazones: ¿Por qué éste habla así? Está blasfemando, ¿Quién puede perdonar pecados, sino Dios sólo?” pero, al instante, conociendo Jesús en su espíritu lo que ellos pensaban en su interior, les dice: “¿Por qué pensáis así en vuestros corazones? ¿Qué es más fácil, decir al paralitico: ‘Tus pecados te son perdonados’, o decir: ‘Levántate, toma tu camilla y anda? Pues para que sepáis que el Hijo del hombre tiene en la tierra poder de perdonar pecados –dice al paralitico-: A ti te digo, levántate, toma tu camilla y vete a tu casa.” Se levantó y, al instante, tomando su camilla, salió a la vista de todos, de modo que quedaban todos asombrados y glorificaban a Dios, diciendo: “Jamás vimos cosa parecida.”
Palabra del Señor
Plegaria
Letanías del Sagrado Corazón
Corazón de Jesús, de cuya plenitud todos hemos recibido,
Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, deseo de los eternos collados,
Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, paciente y de mucha misericordia,
Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, rico para todos los que te invocan,
Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, fuente de vida y de santidad,
Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, propiciación de nuestros pecados,
Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, saturado en oprobios,
Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, triturado por nuestros delitos
Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, obediente hasta la muerte,
Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, perforado por la lanza,
Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, fuente de todo consuelo,
Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, vida y resurrección nuestra,
Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, paz y reconciliación nuestra,
Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, víctima de los pecadores,
Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, salud de los que en ti esperan,
Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, esperanza de los que en ti mueren,
Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, delicia de todos los santos,
Ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo
Perdónanos Señor.
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo
Escúchanos Señor.
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo
Ten piedad de nosotros.
Jesús manso y humilde de corazón, haz nuestro corazón semejante al tuyo.
Amén.
Al Padre rindamos gloria, al Hijo triunfal victoria y al Espíritu el honor, porque el Señor Uno y Trino nos conserva el don divino de la fe, gracia y amor.
Amén.
Una devoción práctica al Sagrado Corazón
El beato Felipe Rinaldi, superior de la tercera comunidad masculina más numerosa del mundo, y el cual ha hecho portentosos milagros después de su muerte acaecía en 1932, decía a la gente:
“Yo no soy capaz de demostrar mi Devoción al Sagrado Corazón de Jesús con meditaciones muy elevadas ni con oraciones muy prolongadas. Pero trato de demostrarle mi Devoción esforzándome por imitarlo en su mansedumbre y amabilidad, y para cumplir así aquel mandato que nos dejó cuando dijo: “Aprended de mi que soy manso y humilde de Corazón.”
Y continuaba diciendo: el beato Rinaldi:
“Jesús le dijo a santa Margarita que uno de los detalles en los cuales se conoce a la persona que si le tiene verdadera Devoción al Sagrado Corazón es en el esforzarse por imitar las virtudes del Divino Salvador. Él dijo en sus apariciones que la Devoción a su Corazón Santo y Divino consiste en tres cosas: Amarlo, Desagraviarlo e Imitarlo.
Yo he tratado de dedicarme con especialidad a cumplir esta tercera condición: imitar a Jesús, e imitarlo en su mansedumbre y amabilidad”.
Efectos admirables. Dicen los que lo conocieron y trataron al santo sacerdote Rinaldi que su Devoción al Sagrado Corazón lo llevó a obtener una amabilidad y una mansedumbre tan impresionantes y atractivas, que la gente decía: “Se parece a nuestro Señor” ojala para muchos de nosotros también nuestra Devoción al Divino Corazón se manifieste en imitarlo en su mansedumbre maravillosa. De Jesús dice la Sagrada Escritura: “No gritaba, no humillaba. No demostraba agresividad hacia ninguno. Como cordero manso fue llevado al matadero sin protestar. Cuando lo ofendían no devolvía ofensas. En todos los sufrimientos de su santísima Pasión, cuando no estaba rezando se dedicaba al silencio, y para quienes lo crucificaron oraba diciendo: ‘Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen’ ejemplos dignos de ser imitados por todos nosotros”.
Este sacerdote aconsejaba: “Tratemos a los demás con tal amabilidad, paciencia y simpatía que puedan decir: ‘Se nota que está cumpliendo las enseñanzas de Jesucristo y que ha leído la vida de Jesús y trata de imitarlo a Él”