Devoción al Sagrado Corazón de Jesús
Para todos los días del mes. Día 22. desprendimiento necesario para seguir a Cristo
En nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
Acto de Contrición
Misericordia, Señor, hemos pecado. Por tu inmensa compasión borra nuestras culpas. Contra Ti, contra Ti sólo pecamos. Cometimos las maldades que Tú aborreces. Aparta de nuestros pecados tu vista. Borra de nuestras almas toda culpa. Oh Dios crea en cada uno un corazón puro, y no alejes de nosotros tu Santo Espíritu. Como se aleja el Oriente del Occidente, así tú alejas nuestros pecados. Tú perdonas nuestras faltas. Eres compasivo y misericordioso, lento a la ira y rico en clemencia. No nos tratas como merecen nuestros pecados ni nos castigas como lo exigen nuestras culpas. Como se eleva el cielo sobre la tierra, así se eleva tu bondad sobre nosotros. Como un padre siente ternura por sus hijos, así Tú, oh Dios, sientes compasión por tus servidores. Sabes de qué estamos hechos y recuerdas que somos barro. Tu misericordia, Señor, dura por siempre. Recuerda Señor que tu ternura y tu misericordia son eternas: no te acuerdes de nuestros pecados ni de las maldades de nuestra vida pasada. Acuérdate de nosotros con misericordia, por tu bondad, Señor. Por el honor de tu Nombre perdona nuestras culpas que son muchas. Te lo suplicamos en el nombre de Jesucristo tu Hijo nuestro Señor, quien contigo y el Espíritu Santo vive y reina por los siglos de los siglos.
Amén.
Acto de Consagración
Dulcísimo Jesús, Redentor del género humano; míranos humildemente postrados ante tu altar. Tuyos somos y tuyos queremos ser; y, para que podamos hoy unirnos más íntimamente contigo, cada uno de nosotros se consagra espontáneamente a tu Sagrado Corazón.
Es verdad que muchos jamás te conocieron, que muchos te abandonaron después de haber despreciado tus mandamientos; ten misericordia de uno y de otros, benignamente Jesús, y atráelos a todos a tu Santísimo Corazón.
Reina, Señor, no solamente sobre los fieles que jamás se apartaron de ti, sino también sobre los hijos pródigos que te abandonaron, y haz que estos prontamente regresen a la casa paterna, para que no perezcan de hambre y de miseria.
Reina sobre aquellos a quienes traen engañados las falsas doctrinas o se hallan divididos por la discordia, y vuélvelos al puerto de la bondad y a la unidad de la fe, para que en breve no haya sino un solo redil y un solo Pastor.
Concede, Señor, a tu Iglesia, segura y completa libertad; otorga la paz a las naciones y haz que del uno al otro polo de la tierra resuene esta sola voz: Alabado sea el Divino Corazón, por quien nos vino la salud: a Él sea la gloria y el honor por los siglos de los siglos. Amén.
Padrenuestro… Avemaría… Gloria al Padre…
Día 22
Desprendimiento necesario para seguir a Cristo
Lectura del santo Evangelio según san Marcos 10, 17- 27
Se ponía ya en camino cuando uno corrió a su encuentro y, arrodillándose ante él, le preguntó: “Maestro bueno, ¿qué he de hacer para tener en herencia la vida eterna?” Jesús le dijo: “Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno sino solo Dios. Ya sabes los mandamientos: no mates, no cometas adulterio, no robes, no levantes falso testimonio, no seas injusto, honra a tu padre y a tu madre.” Él, entonces, le dijo: “Maestro, todo eso lo he guardado desde mi juventud.” Jesús, fijando en él su mirada, le amó y le dijo: “Una cosa te falta: anda, cuanto tienes véndelo y dáselo a los pobres y tendrás un tesoro en el cielo; luego, ven y sígueme.” Pero él, abatido por estas palabras, se marchó entristecido, porque tenía muchos bienes.
Jesús, mirando a su alrededor, dice a sus discípulos: ¡Qué difícil es que los que tienen riquezas entren en el Reino de Dios!” Los discípulos quedaron sorprendidos al oírle estas palabras. Mas Jesús tomando de nuevo la palabra, les dijo: “¡Hijos, que difícil es entrar en el Reino de Dios! Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que el rico entre en el Reino de Dios.” Pero ellos se asombraban aún más y se decían unos a otros: “Y ¿Quién se podrá salvar?” Jesús, mirándolos fijamente, dice: “Para los hombres, imposible; pero no para Dios, porque todo es posible para Dios.”
Palabra del Señor.
Plegaria
Letanías del Sagrado Corazón
Señor, ten piedad
Cristo, ten piedad
Señor, ten piedad
Cristo, óyenos
Cristo, escúchanos
Padre eterno, Creador del Cielo y de la tierra,
Ten piedad de nosotros
Cristo, Hijo de Dios, Redentor del mundo,
Ten piedad de nosotros
Espíritu Santo, Consolador,
Ten piedad de nosotros
Corazón de Jesús, formado por el Espíritu Santo en el vientre de la Virgen Madre,
Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, unido sustancialmente al Verbo de Dios,
Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, de majestad infinita,
Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, Templo Santo de Dios
Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, tabernáculo del Altísimo,
Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, casa de Dios y puerta del cielo,
Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, lleno de bondad y de amor,
Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, hoguera ardiente de caridad,
Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, asilo de justicia y de amor,
Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, abismo de todas las virtudes,
Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, dignísimo de toda alabanza,
Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, Rey y centro de todos los corazones,
Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, en quien están todos los tesoros de la sabiduría y de la ciencia,
Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, en quien habita toda la plenitud de la divinidad,
Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, en quien el Padre halló sus complacencias,
Ten piedad de nosotros.
Un fundador enamorado del Sagrado Corazón de Jesús
En el año 1905 fue fundada en Agua de Dios, Colombia, una Comunidad de religiosas dedicada a atender a los leprosos, y en la cual se admitían como religiosas a jóvenes, que estuvieran enfermas de lepra. Esta comunidad recibió el nombre de instituto de los Sagrados Corazones y su fundador fue el Padre Salesiano, Luis Variara, llamado con razón “el amigo de los leprosos” su comunidad tiene ya más de 400 religiosas y trabaja en 7 países.
El Padre Variara (en proceso de beatificación) era un verdadero enamorado del Sagrado Corazón de Jesús. Los dos superiores que lo formaron en su juventud fueron: P. Miguel Rúa (sucesor de san Juan Bosco) y el padre maestro de novicios, Julio Barberis, eran supremamente entusiastas de la Devoción al Sagrado Corazón e infundían en sus discípulos muy profundamente esta santa Devoción.
Sus devociones preferidas:
1° la Hora santa, el jueves anterior al Primer Viernes. El mismo la presidio por casi 25 años en el leprocomio, y la hacía con tal fervor que el templo se llenaba de devotos.
2° La Comunión del Primer Viernes, para desagraviar al Corazón de Jesús de las ofensas que le hacemos los pecadores. El padre Luis pasó muchas veces la noche del jueves confesando penitentes, para que pudieran ofrecer la Comunión el Primer Viernes de mes.
3° La Fiesta del Sagrado Corazón y del Corpus Cristi. La hacía con adoración al Santísimo durante varias horas en ese día, y luego solemnísima procesión con la Sagrada Hostia.
4°La visita diaria al Santísimo Sacramento. Después de la santa Misa, ninguna otra Devoción recomendaba tanto este santo sacerdote como la visita diaria a Jesús en la Eucaristía para amarlo, adorarlo, darle gracias, suplicarle perdón y encomendarle los favores que se necesitaban.
Consuelo en el dolor. Cuando al padre Variara le inventaban toda clase de calumnias y su alma se llenaba de tristeza y de angustia, se iba ante el altar donde estaba el Santísimo Sacramento y allí se quedaba de rodillas un buen rato contando a Jesús las penas de su alma. De aquella visita salía lleno de alegría y de entusiasmo. Una vez más cumplía Jesús aquella promesa que nos hizo: “Vengan a mí, todos los que estén cansados y angustiados, que yo los aliviaré.”
El padre Luis Variara escribió más de 50 cartas recomendando la Devoción al Sagrado Corazón.
Práctica: le contaré a Jesús las penas, angustias, afanes y preocupaciones que me afligen, y confiaré en que Él me concederá la paciencia y la paz.