“ALABEMOS AL SEÑOR, NUESTRO DIOS”.
Alaben al Señor porque él es bueno,
canten a nuestro Dios porque es amable,
porque a él le conviene la alabanza.
Reconstruye el Señor Jerusalén,
reúne a los exiliados de Israel,
sana los corazones destrozados
y venda sus heridas.
Reanima el Señor a los humildes,
pero humillla hasta el polvo a los malvados.
El cuenta las estrellas una a una
y llama a cada una por su nombre.
Grande es nuestro Señor, todo lo puede,
no se puede medir su inteligencia.
Bendita eres tú, Virgen María, por obra de Dios Altísimo, sobre todas las mujeres de la tierra; porque tu nombre ha sido engrandecido para que la boca de los hombres no cese de alabarte.
Al celebrar la gloriosa memoria de la santísima Virgen María, te pedimos, Señor, por su intercesión, que también nosotros logremos recibir la plenitud de tu gracia. Por nuestro Señor JesucristO, TU HIJO, QUE CONTIGO VIVE Y REINA EN LA UNIÓN CON EL ESPÍRITU SANTO, Y ES DIOS, POR LOS SIGLOS DE LOS SIGLOS. AMÉN.
Biblia Latinoamericana / se toma como guía el misal Católico: Asamblea Eucarística. México